Lugo

La bacteria letal sí está en la soja alemana

Alemania asegura que los «brotes» que originaron el foco no se han exportado. Levanta la alerta sobre el pepino tras causar pérdidas de 300 millones semanales

Los brotes de soja alemanes, origen de la infección por «E.coli»
Los brotes de soja alemanes, origen de la infección por «E.coli»larazon

El foco está en los brotes de soja, afirman las autoridades alemanas. Pero nadie se fia. Ni los expertos tienen claro al cien por ciento que estos germinados sean los responsables de las 32 muertes y los más de 2.600 afectados que se registran hasta hoy. Los vaivenes en las tesis germanas han creado un clima de desconfianza dentro y fuera de sus fronteras.

Más de dos semanas llevan los agricultores españoles, y en especial, los productores de pepinos, tomates y lechugas, sin exportar sus productos. Todo, por las palabras de la senadora de Sanidad de Hamburgo, Cornelia Prüfer-Storcks, que señaló a tres pepinos españoles como los causantes del brote. Pero, como demostraron los análisis en dos ocasiones, nuestros productos estaban limpios. Aun así, el miedo al pepino español estaba en el ambiente. Frunet Bio, una de las empresas inculpadas, les puso la cruz y, por ello, han perdido más de un millón de euros. «Nadie quiere comprar nuestros productos», afirmó su gerente, Antonio Lavao. Tratando de buscar una solución a su desastre económico, viajó a Alemania, «para restaurar nuestra imagen» y, además, demandar al Gobierno alemán por el daño que le han causado. Él es sólo uno más de los miles de los trabajadores españoles afectados por la «crisis del pepino» y que, en realidad, se debería llamar «crisis de la soja». Los productores aseguran que sus pérdidas superan los 300 millones de euros semanales, según Asaja. Pero la Unión Europea sólo va a destinar 210 millones de euros a repartir entre todos los perjudicados de la UE.


Fuera de carta
Un restaurante de Lübeck, al norte de Hamburgo, fue el siguiente en caer, mientras las autoridades alemanes intentaban frenar la psicosis. «Las ensaladas están excluidas de las cartas de los restaurantes», comentó a este diario un camarero del restaurante Picasso, en Hamburgo. Un día después de que los periodistas llenaran las calles de la pequeña localidad germana, tuvieron que rehacer sus maletas y salir rumbo a Bienenbüttel, en la baja Sajonia. El Ministerio de Agricultura apuntó a una de sus plantaciones como la originaria. Al día siguiente, lo desmintieron. Entre tanto, el veto de Rusia a los productos europeos se mantuvo hasta ayer y, en Estados Unidos todavía se examina con lupa todo lo que llega de Alemania y España.

La basura de una familia con tres miembros contagiados reabre, de nuevo, la duda de los pepinos contaminados, ya que se descubre la bacteria en una de estas hortalizas. Sin embargo, el origen de la bacteria no se pudo determinar y el Instituto Robert Koch, responsables de la investigación, descartó esta línea de investigación. El número de víctimas seguía aumentando y los expertos seguían sin dar con la clave. «El problema reside en las encuestas que se les realizaron a los afectados. Las preguntas debían haber sido más precisas, ahondar en las neveras y en los hábitos de higiene de cada uno de ellos. Pero no se hizo y,por eso, van dando palos de ciego», explica María Isabel Gil, microbióloga del CEBAS- CSIC.

Las prisas han jugado en contra del Gobierno alemán y, por eso, los investigadores mantienen la duda ante las palabras ayer de los alemanes que aseguraron que un paquete de soja abierto era el causante de la crisis sanitaria y agroalimentaria que sufre el país. El paquete se encontró en la basura de la familia de Bonn que también había desechado unos pepinos. Reinhard Burger, presidente del Instituto Robert Koch, explicó: «Es posible que la fuente original de la infección ya haya sido sellada». César Nombela, catedrátido de Microbiología de la UCM, apoya a su colega alemán: «Parece que el cerco se va cerrando pero, como demuestran experiencias previas, resolver todo puede llevar más tiempo». Al final, la culpa no la tenía la hortaliza fresca, sino este producto germinado que se usa mucho en Alemania. «Lo que es seguro es que no proviene de España», concluye Nombela.


¿Qué infectó los brotes?
Mateo del Pozo, microbiólogo del CISA-INIA, duda: «No se ha dado ninguna noticia de cómo ha llegado la bacteria a la soja. Puede que las semillas se hayan infectado por abonos mal compostados o por el uso de aguas fecales». Entre estos expertos existe unanimidad: tal vez nunca sepamos el foco original. También coinciden en la excesiva celeridad de los investigadores germanos: «Ir tan rápido para dar con un culpable es dar patinazos y llevan al desastre», añede Del Pozo. La canciller Angela Merkel no comparte su opinión y salió en defensa de la actuación de los organismos estatales: «Ha habido una buena coordinación», afirmó. Ahora sólo queda «volver a la normalidad», como afirman tanto desde Fepex, como desde el laboratorio de Lugo, los mayores expertos en E. coli de España. De ahí que tanto agricultores como expertos médicos reclamen campañas de imagen para reincorporar las ensaladas a nuestras dietas. Los investigadores afirman que el descenso en el consumo de los productos involucrados en la «crisis del pepino» descenderá durante unas semanas, pero en cuanto se recupere la confianza, todo volverá a normalizarse.


«Lo peor ya ha pasado»
Tras la decisión de levantar la alerta contra el consumo de pepinos, lechugas y tomates crudos y constatar que el origen de la cepa está en las semillas germinadas, los ministros alemanes de Sanidad, Daniel Bahr, y de Agricultura Ilse Aigner, expresaron su «alivio», y afirmaron que todo indica que «lo peor de la infección ha pasado». No obstante, y aunque el número de nuevos infectados ha remitido, no descartaron nuevos fallecimientos por la E. coli.