Estados Unidos
ANÁLISIS: El reto de la creación de empleo por Farid Zakaria
La maquinaria estadounidense de creación de empleo no funciona. La iniciativa «The Hamilton Project» calcula que si la creación de empleo se duplicase, de los 117.000 contratos mensuales de julio hasta los 208.000 mensuales de todo 2005, seguiría habiendo que esperar hasta 2024 para superar la recesión. Este problema comenzó hace tiempo. Durante la última década no ha habido ningún avance neto en el empleo. Durante los años de George W. Bush, el crecimiento del empleo fue alimentado casi en exclusiva por el crecimiento del Estado, la sanidad pública y el masivo sector inmobiliario. De 2001 a 2007, la inversión en equipo y software –la clase de inversión que dispara la productividad y crea puestos de trabajo sólidos– descendió un 15% como porcentaje del producto interior bruto. La recuperación actual, si bien anémica en términos de número de contratos firmados, es más generalizada y más longeva. La inversión empresarial está creciendo, habiendo crecido de forma súbita un 18% desde finales de 2009. La actividad industrial ha rebotado más rápido que los demás sectores, sumando 334.000 puestos de trabajo durante los dos últimos años. La exportación crece a un ritmo del 16% anual, lo que significa que la exportación estadounidense se duplicará antes de 2014, objetivo fijado por Obama en 2009. La productividad laboral es la más elevada del G-20, y este empujón se traduce en que el coste laboral por trabajador en Estados Unidos ha descendido de golpe más que en ninguna otra gran economía a excepción de Taiwán.
¿Por qué pasa esto? Los costes han descendido de forma súbita aquí a causa de la recesión, haciendo más competitiva la mano de obra estadounidense. Los gastos de logística han crecido, de forma que la «inlocalización», la creación de empleo nacional de la mano de empresas extranjeras, se ha vuelto la estrategia más sensata. La proliferación del gas natural está alimentando la creación de empleo. Pero América se vuelve un lugar más atractivo para invertir porque el Estado viene realizando inversiones clave en infraestructuras, formación y en investigación y desarrollo que han animado al sector privado a subirse al tren. Alemania en 2008 perdió más empleos que en EE UU pero se recuperó con rapidez. El éxito se explica, entre otras cosas, por sus políticas públicas, que crearon incentivos al sector privado para pensar a largo plazo.
Farid Zakaria
Columnista de «The Washington Post»
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