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Carmen Thyssen: «Me hubiera gustado ver a solas a mi hijo pero él quiso que fuese con abogados»

«A las cinco de la madrugada me llamó Borja, cuando acababa de nacer mi segundo nieto, y me alegró saber que todos están bien»
«A las cinco de la madrugada me llamó Borja, cuando acababa de nacer mi segundo nieto, y me alegró saber que todos están bien»larazon

La responsable de la mayor colección privada de arte sabe que este año su nombre no sólo ha estado asociado al Museo Thyssen o a sus negociaciones con el Ministerio de Cultura. Portada de revistas por la relación con su hijo, que acaba de hacerla abuela por segunda vez, me permite no soslayar ningún tema: «Pregunta lo que quieras, sé que hay cosas que están sobre la mesa y desearás saber». Ella, en alta mar; y yo, desde la orilla, hablamos de arte, hijos y nietos.

-Dicen que los buenos negocios se hacen en los barcos. ¿Dónde está usted exactamente?
-He estado y estoy trabajando desde mi barco. Hemos hecho escala en Italia, Francia, pasé por Lugano, Saint-Tropez y Antibes.

-Baronesa, felicidades por su segundo nieto.
-Gracias. Estoy muy contenta y espero conocerle lo antes posible.

-Esta vez no se enteró por las revistas, le llamó Borja.
-A las cinco de la madrugada me llamó, cuando acababa de nacer, y me alegró saber que todos estaban bien.

-Le han llamado Eric, que tiene origen germánico.
-Sí. Creo que ella y Sacha están aprendiendo alemán. Porque su madre es alemana, ¿no?

-Me acaba de pillar... Por cierto: usted se portó como una señora mandándole flores a su nuera.
-Sí, les envié tres docenas de rosas blancas.

-Antes había hablado con Borja por su treinta cumpleaños. ¿Es posible el acercamiento?
-Sí, le felicité. El encuentro me hubiera gustado que se produjese entre nosotros, pero él ha preferido que sea con los abogados y, aunque no sea lo más idóneo, es un paso. Será en septiembre.

-Quedan pendientes los tres millones y medio de euros de la parte correspondiente a la herencia de Borja. ¿Usted prefiere «dosificarlos»?
-Si él ha querido que se haga mediante abogados, ahí se dirimirá todo. Habrá que llegar a un acuerdo.

-Y la denuncia que interpuso contra su hijo, su nuera y el abogado, sigue su curso.
-Sí, la denuncia por delitos de descubrimiento y revelación de secretos sigue su curso y, hasta el momento, están imputados por el juez.

-Su hijo dice que nos dará una sorpresa laboral relacionada con el mundo del arte.
-De ser así, me alegra saber que es consciente de la gran responsabilidad que conlleva su apellido. Borja, desde niño, ha crecido rodeado de obras maestras y oyendo hablar de arte.

-«Si mi marido viviera, nada de esto sucedería». ¿Tanta ascendencia tenía sobre Borja?
-Sobre mí, sobre él y sobre todos. Era un hombre con muchas responsabilidades y a eso lo acompañaba su gran sabiduría, su educación y humanidad. Sus decisiones eran de gran sentido común y fue un ejemplo para todos nosotros.


Muchos pretendientes
-¿También la respetaba más el mundo de la cultura cuando vivía él?
-Los cuadros hablan solos. He hecho 53 exposiciones temporales importantísimas en el mundo entero. Por ejemplo, fui pionera en China cuando nadie había ido, y el Museo de Shanghái lo estrené yo con mi colección privada, luego estuvo en Pekín, en el Frick Collection de Nueva York, México, Alemania, Italia...

-Cuando está a solas, ¿qué le pide a su marido?
-Yo rezo y le pido a Heini que me ayude a seguir con su legado.

-Ser «un Thyssen» conlleva una responsabilidad. ¿Así educa a Sabina y Carmen?
-De momento, lo que intento es que sean felices.

-¿Es cierto que ha puesto en marcha una leprosería en Orissa, India?
-Nunca comento o hago públicas mis obras de caridad.

-Respecto a su colección y a las negociaciones con el Ministerio de Cultura, ¿en qué punto están?
-Con la ministra me llevo muy bien, como me ha pasado con anteriores ministros. Los abogados están en reuniones y en septiembre reanudamos conversaciones. El préstamo termina en febrero de 2011.

-Pero si no se llega a acuerdo...
-De momento, prefiero no hablar de este tema.

-¿Tiene ofertas de muchos museos para albergar su colección?
-Sí, tanto europeos como estadounidenses.

-Malos momentos: porque con la crisis, la partida de cultura ha sido una de las más resentidas.
-Intentamos ayundarnos todos.

-¿Qué opina sobre el veto de los toros en Cataluña?
-Respeto las decisiones políticas. Me debato entre el respeto a la Fiesta y el maltrato a los animales, de los que soy una gran defensora.

-Dicen que si usted no se hubiera empeñado en el arte del siglo XIX, no existiría esa colección en España.
-Tengo una colección importante de cuadros españoles de los siglos XIX y XX que intento seguir aumentando. Me ilusiona que unos autores que estaban casi olvidados, pero que se estudiaban y se siguen estudiando, tengan el lugar que les pertenece. En el Museo de Málaga, que se va a inaugurar el marzo de 2011, se podrá ver gran parte de esta colección.

-Carmen, ¿venía predestinada desde la cuna a la guerra y a la soledad?
-¡Ésa es mi vida!

-¿Pero se llega a un momento en que uno se gusta?
-¿Si no te quieres tú, quién te va a querer? Recapacito en la intimidad y llego a la conclusión de que he tenido un destino extraño. No ha sido normal, pero soy luchadora y tengo fe: sigo adelante

-Normal, no... ¿Quién se codea con Sinatra, Marilyn, Dean Martin, Johnny Hallyday?
-(Risas) Es verdad, normal, no, pero yo sí lo soy. Heini me decía que se enamoró de mí por mi franqueza, porque decía siempre las cosas como son.

-¿Es verdad que cuando murió Lex Barker, Linda Evans la llevó a una médium?
-Es cierto. Estaba tan desesperada que me llevó a una mujer que era médium. Le pedí una prueba y me dijo que entraría un gato en la habitación. Llamé a mi madre y así ocurrió. A Linda casi le da un patatús. Fue espectacular. Sé que existe un más allá...

-Es decir, que lo de los posos del café para saber de su futuro con Borja es mentira...
-¡Bobadas! Había ido a la Ermita de San Antonio, a rezar y a ver los frescos de Goya. Si yo quisiera leérmelos, no lo haría en una cafetería como dicen que pasó.

-Me dijo el año pasado que quizá durante el invierno conocería a Obama, ¿se vieron?
-Bueno... Pudo ser... De cosas políticas prefiero no hablar.

-¿Qué tal va el jardín en el que cava cuando se enfada? ¿Mucho trasiego?
-(Risas) No sólo cuando me enfado, me gusta. Cuanto más feliz estoy más ganas me entran de dedicarme a él. Planto, cavo, podo...Tengo «mano verde», hablo a las plantas. Si hago daño a una flor, le pido perdón. Debemos tener sensibilidad hacia la naturaleza porque nos hemos separado demasiado de ella.


Lo bello resplandece en lo verdadero
Vive volcada en preservar el legado Thyssen y aumentar su colección. Pero también para escorar maledicencias con inoxidable resistencia al chismorreo. «Cada uno en su casa sabe lo que pasa», dice la voz popular, aplicable a sus industrias y andanzas vitales. Sus palabras suenan a madre sabia y doliente, asombrada ante la sinfonía del nuevo mundo en la que vive su vástago. Un lugar que no deja de parecerle convulso y mestizamente alarmante para quien creció rodeado de Gaugains. Pero sabe esperar en un tenso equilibrio sin manierismos. La vocación endémica del coleccionismo pasa por contar el mundo a través del arte. Y uno ve esa pasión en la baronesa, sabedora de que lo bello es resplandor de lo verdadero.