«El trueque ayuda a sobrellevar la crisis»

-Al principio fue el trueque. ¿Volvemos a él impulsados por la crisis?
-Sí, y por el exceso de consumismo. Tenemos demasiadas cosas.

-Gestiona la red de trueque urbano Adelita. ¿Qué lleva la gente?
-Sobre todo, libros y ropa de mujer. Y cada vez más, cosas de niños: juguetes, ropa, libros de estudio.

-¿Y qué se llevan a cambio?
-Cada uno es un mundo. Ellas, quizá un collar, un juego de café o unas gafas de sol. Ellos, quizá discos de vinilo, mochilas, zapatos...

-Predica con el ejemplo: está aprendiendo a vivir con menos.
-Compro pocas cosas, hago trueque. Llevo tiempo sin gastar nada en ropa ni en zapatos, ni para mí ni para mi hija.

-¿Qué es lo más curioso que le han llevado a la tienda?
-Una podadora, un pez y un álbum de fotos personales.

-¿Algún monje que quería cambiar su Ferrari por...?
-No, pero un monje sin Ferrari sí que ha venido.

-¿Se imagina a Isabel Presyler haciendo trueque?
-Claro. Traería ropa y quizá se llevaría algo de porcelana.

-¿Qué querría cambiar ZP?
-Qué difícil. ¿La Moncloa por un chalé en León junto a un río truchero?

-¿Y Belén Esteban?
-El pollo de Andreíta, sin duda. Pero no admitimos artículos perecederos.

-¿De dónde le viene su pasión por el trueque?
-Desde pequeña me encanta cambiar cosas. Lo llevo en la sangre.

-Tiene en la tienda un libro de deseos...
-Sí, para que la gente escriba qué quiere y qué ofrece a cambio. Uno puso: «Quiero que me alicaten el baño a cambio de lecciones de ruso». Una: «Doy masajes y me gustaría que me regalasen una bici». Así va la cosa.

-Dicen los economistas que si no consumimos la cosa irá peor...
-Debemos consumir y luego cambiar. El trueque es una forma más humana de ver la economía. Y nos puede ayudar a sobrellevar la crisis.

-O sea, que su lema podría ser...
-«No te gastes, cambia».

-Además, me imagino que el trueque ayuda a ligar...
-Bueno, conoces gente, te relacionas. Ya sabe: el roce hace el cariño.

-Un titular: «El Gobierno ignora más de 50 medidas salidas del Congreso». ¿Cambiamos el Gobierno por...?
-Algo que no sirve para nada no se puede cambiar por nada.

-Entonces ya no le pregunto por el Congreso...