Vancouver
Dos colecciones ante el espejo
Cuándo: hasta el 2 de septiembre. Dónde: Museo Guggenheim de Bilbao. Cúanto: entrada general, 11 euros.
MADRID- Al colocar dos espejos frente a frente, basta ponerse en un ángulo para ver miles de imágenes y perder la sensación de realidad. Puede que ese sea el gran juego del arte contemporáneo, pero si no lo es, al menos es el reto que se ha planteado al unir dos colecciones de obras de la segunda mitad del siglo en una de las más importantes del mundo. Es la que resultó de la fusión de los fondos del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) y La Caixa, nada menos que 5.500 piezas que necesitaban una puesta de largo. esa es «El espejo invertido», la muestra que acoge el Guggenheim de Bilbao desde hoy, y que articula el relato del arte en torno a seis capítulos.
«Todas las piezas de la exposición, las 93, son pequeñas o grandes joyas, porque la labor de condensación ha sido esencial», cuenta Álvaro Rodríguez, el comisario y encargado de coser, con hilo y sin bisagras los dos espejos. Son obras de Antoni Tápies, Sigmar Polke, Julian Schnabel, Bruce Nauman, Andreas Gursky, Antonio Saura, Miquel Barceló y Michelangelo Pistolleto, que trazan la panorámica desde los años 40 hasta la actualidad. «Era necesario dotar de un aparato teórico a la suma de dos colecciones que son distintas y complementarias. El visitante tendrá la sensación de haber visto colecciones de altísima calidad y que se interesan por el arte contemporáneo con mucha profundidad», afirma Rodríguez.
Fotografía y performance
El punto de partida es precismente el que supone volver a conectar a las escenas artísticas españolas con las interfnacionales, a través de dos grupos: Dau Al Set y El Paso renovaron el lenguaje artístico en España tras la Guerra Civil, y de los que formaban parte Antonio Tapiés, Antonio Saura y Manuel Rivera, entre otros. Mientras los primeros se miraban en el surrealismo, los segundos defendían bajo manifiesto la libertad del artista, la austeridad de la paleta y el informalismo.
A partir de ahí, lo específicamente español aparece mezclado con corrientes internacionales con las que discurre en paralelo, como en el caso de las fotografías paisajísticas de las escuelas de Vancouver y Düsseldorf, con autores como Gursky, Struth y Jeff Wall,junto a Manolo Laguillo o Xavier Ribas. En «El Yo y el Otro», la fotografía está centrada en el retrato y el autorretrato desde una perspectiva de identidad y género, con la «Madonna negra con gemelos», de Vanessa Beecroft, como pieza central. En este repaso por las décadas no podía faltar una sala dedicada a «Los límites de la performance», examinados con rigor teórico, desde el origen de este medio de expresión en los años sesenta y setenta, y sus posibilidades y variantes en las modalidades de vídeo o diferentes puestas en escena. La sección «El espejo invertido», que da título a la exposición, incluye esculturas de dimensiones monumentales realizadas entre 1988 y 1990 y que tienen en común la experimentación a través de los materiales y la escala utilizada. «La arquitectura del espejo» de Pistoletto, aparece complementada por el «Tríptico» de Sigmar Polke y otra serie de Enzo Cucchi en látex y metal. Una unión que hace la fuerza.
Varios tipos de equilibrio
De la conceptualización del arte contemporáneo dice mucho la última de las salas de la muestra, que la cierra y al mismo tiempo reabre interrogantes sobre los caminos del arte. Se llama «Levedad, gravedad y otras imposibilidades» y que, desde formatos diversos como la escultura, la fotografía o la pintura, explora el concepto del equilibrio. Y lo hace tanto desde la perspectiva más física de los materiales y su relación con el entorno (como «Globulocell», abajo), como desde sus intenciones a la hora de generar un debate en torno a cuestiones sociales o políticas, caso de la pieza «Movimiento en falso», de Damián Ortega, que, a través del equilibrio inestable de tres barriles de petróleo, denuncia la fragilidad de los cimientos de las sociedades modernas.
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