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Griñán tira de UGT y CC OO para intentar frenar el «cambiazo»
ISLA CRISTINA- «Éste es un buen comienzo de semana: un lunes en Huelva con el partido y la UGT a 13 días de una victoria electoral». Habla José Antonio Griñán. El contexto: un acto conmemorativo celebrado en la Casa Colón de Huelva por el centenario de las agrupaciones provinciales de PSOE y UGT, incluido en el itinerario de la caravana electoral.
El candidato del PSOE-A para revalidar la Presidencia de la Junta resumió con su entrada la esencia de su discurso y hasta de su campaña: su alianza con los sindicatos, que el día anterior habían salido a la calle para gritar en contra de las últimas medidas del Gobierno central; y que aún espera levantar espíritus.
Insistió en la idea de que el 25 de marzo se elegirá «entre dos modelos» laborales y sociales. «Ya hoy –por ayer– estoy convencido de que son muchos los españoles que querrían venir a Andalucía para votar y frenar a la derecha», llegó a aseverar. En su intensa carrera por recuperar el voto perdido, la reforma laboral de Rajoy ocupa un lugar clave. A ella se refirió para defender que «facilita la destrucción de empleo» y hace que «quienes pretenden destruirlo, lo tengan más fácil» mientras aquéllos que «pierden el trabajo tengan menos protección».
La culpó, asimismo, de «arruinar una Transición modélica» y de ser un instrumento para imponer un esquema de crecimiento «muy claro»: «Competir con condiciones de trabajo cada vez más degradadas y salarios bajos». Lo que, a su juicio, «conduce a la ruina» de un Estado. «Un país puede crecer de maneras distintas –planteó–, pero no tiene futuro un modelo que no atienda a los que se quedan atrás, porque rompe la sociedad. Y una sociedad rota, no es competitiva». Según sus tesis, el problema de la economía es financiero. La crisis «ha provocado» que autónomos, pequeñas empresas o emprendedores no consigan liquidez y esto frena la aceleración económica. Sin embargo, «es más fácil atacar a los sindicatos» que «enfrentarse a la banca», proclamó en otro envite al PP que buscaba complicidades. «El sindicalismo, ése que se refleja en la Constitución, es el que anuda el lazo social. El que hace la sociedad más justa, equitativa y equilibrada», defendió para rematar: «Si no hubiera sindicalismo habría que inventarlo».
En una intervención enérgica que recordó por momentos a los mítines de Carme Chacón, el socialista advirtió a un auditorio de unas 200 personas que «no es tiempo de discursos sino de acción. Es hora de votar» para «frenar el retroceso». Clamó: «Ya hemos visto el cambio, ya está aquí: un cambiazo con toda la regla». Y alejándose de sutilezas dijo: «Manifestaciones, huelga... Todo eso está bien, pero en las elecciones nos jugamos cuatro años y por eso pido a UGT, a Comisiones, a los que sienten el socialismo y la igualdad de oportunidades, que digamos basta en las urnas». Llamó a conformar una mayoría social de progreso que «frene a una derecha que no va a parar». De los ERE, ni una palabra.
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