Barcelona

Más que un ensayo de Cuatro Vientos

Unos 40.000 peregrinos de todo el mundo llenan el Fórum de Barcelona de fiesta y colorido

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BARCELONA- Una enorme marea de peregrinos jóvenes, de más de 80 países, inundaron ayer de fiesta, sentimiento y alegría la enorme explanada del Fórum de Barcelona, con motivo de la multitudinaria misa oficiada por el cardenal arzobispo de la capital catalana, Lluís Martínez Sistach. Fue el mejor aperitivo para más de 40.000 jóvenes que esta semana se desplazarán a Madrid por la visita del Papa Benedicto XVI, y todo ello en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Esta eucaristía fue el acto principal de todos los organizados por las diócesis catalanas con motivo de la visita del Papa a España, que llegará el martes y que estará en el país hasta el día 21. Desde primera hora de la mañana se podía escuchar cantar a los peregrinos en las inmediaciones del Fórum, en una espectacular y alegre mezcla de razas, banderas y nacionalidades.
La ceremonia comenzó a las 10.00 horas, y pese al calor imperante, los ánimos no decayeron ni un minuto. Martínez Sistach dio la bienvenida a todos en catalán, castellano, inglés, francés e italiano. La misa estuvo presidida por la Virgen de Montserrat, la Moreneta, que ocupaba un solemne lugar en el acto.

«Amar a los pobres
Con un importante fondo musical, el cardenal arzobispo animó a todos los jóvenes a «presentar vuestras oraciones a Nuestro Padre», para de esta manera seguir el ejemplo de María y «estar presentes en todas partes, amando a las personas sin distinción alguna, pero siempre con preferencia para los pobres». El cardenal arzobispo de Barcelona, visiblemente emocionado por la gran y entregada audiencia que tenía enfrente, hizo otra referencia a María en una de las homilías, en este caso por su presencia en un banquete de bodas en Canaán, a lo que añadió que «la Iglesia y nosotros hemos de estar presentes en el mundo, en todos sus acontecimientos, pequeños y grandes».
En todo momento Martínez Sistach fue consciente de la variopinta audiencia que tenía enfrente y combinó los idiomas citados para recitar las homilías. El altar, situado bajo la placa fotovoltaica del Fórum, presentaba un aspecto imponente, muy a juego con una explanada repleta de banderas y colorido.
Un momento destacado de la ceremonia llegó cuando una joven sudamericana tomó la palabra y dijo que «pedimos una vida digna, para una nueva sociedad que esté basada en el amor fraternal». Su aparición no fue una decisión en vano, pues entre los peregrinos había una nutrida presencia de jóvenes de Ecuador, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Bolivia y El Salvador, entre muchos otros países suramericanos. Precisamente los salvadoreños han sido estos días de los más activos y participativos en Barcelona.
El cardenal arzobispo de la capital catalana prosiguió con su discurso, y proclamó que «jóvenes de fe, afrontando grandes y pequeños problemas del mundo, de las personas, de los amigos, ¿lo hacemos como Jesús y María lo hicieron? ¿Pedimos la ayuda de Jesús como María lo hizo? ¿Creemos en la fuerza de la oración para resolver los problemas materiales y espirituales de los hermanos? Dios el Creador y Salvador está interesado en el bienestar corporal y espiritual de las personas».
En todo momento, el cardenal arzobispo mantuvo un tono cálido y próximo hacia los jóvenes que tenía delante, que escuchaban con atención y mostrando emoción cuando era necesario.

Fiesta y baile
La misa terminó como empezó, en una fiesta. Muchos de los peregrinos siguieron cantando y bailando congas, antes de abandonar paulatinamente el recinto. El aspecto que presentó la explanada del Fórum era realmente imponente, con centenares de banderas de todos los países y mucho, mucho colorido. Nadie acusó el calor reinante. Sólo cuatro personas tuvieron que ser atendidas por la Cruz Roja, por leves sofocos y nerviosismo.
Todos querían mostrar su felicidad por asistir a esta eucaristía, antes de pasar la tarde libre por Barcelona, que aprovecharon para pasear por la Sagrada Familia y por la catedral. Los jóvenes italianos fueron los que más se hicieron notar. No pararon de cantar e intercambiar proclamas con sus compatriotas. No eran mayoría, pero lo parecía.
Sin embargo, no fueron los únicos reyes de la fiesta, pues jóvenes procedentes de Polonia, la República Checa y Eslovaquia también se hicieron notar lo suyo, improvisando bailes y cánticos, antes y después de la misa.
Cabe destacar también la presencia de jóvenes procedentes de países en los que la católica no es la religión predominante. Fueron los casos de peregrinos de Suráfrica, Birmania, Malasia, Japón, Corea del Sur e incluso Siria. Los procedentes del país africano se mostraron en un principio sorprendidos y cohibidos por el festivo ambiente, pero acabaron bailando con la ayuda de parte de los más de 200 voluntarios de la JMJ. Estos jóvenes, que son en su mayoría españoles, bolivianos y ecuatorianos, ayudaron lo suyo para conseguir que la organización de la misa fuera perfecta.
Aparte de la citada e importante presencia de jóvenes sudamericanos, en la misa hubo una nutrida presencia de peregrinos de Australia – que eran de los más ilusionados para ver al Papa –, Bélgica, Austria, Alemania y Francia. Los representantes de estos dos últimos países están teniendo también un papel principal en las calles de la ciudad durante estos días.
Todos ellos, 40.000 personas en total, llenaron la explanada del Fórum hasta los topes. «Nos han invitado y hemos venido», dijo un peregrino italiano, mientras una compañera suya se mostraba entusiasmada por poder visitar Barcelona y, especialmente, ver al Papa esta misma semana.

Concierto en el Fórum
Por la noche, los peregrinos asistieron en el mismo recinto a un concierto de los grupos Gen Rosso, compuesto por músicos de 19 países, y Please. Se trata de dos bandas con experiencia a sus espaldas, con una música que difunde un mensaje lleno de amor hacia el prójimo y de fraternidad. Significó un alegre y emocionante final de un día que seguramente no olvidarán muchos de los peregrinos que están estos días en Barcelona.
El programa para hoy incluye dos misas más, que se celebrarán en la basílica de la Sagrada Familia. Una será por la mañana, en inglés y alemán, y la otra por la tarde, en italiano y francés. Son dos ceremonias para adecuarse a la capacidad del templo. Serán los últimos actos de los peregrinos en Barcelona, antes de partir hacia Madrid para recibir la visita del Papa Benedicto XVI.


«Todo para ver al Papa»
Hay un mensaje que se repite entre la mayoría de los peregrinos que vienen de los países más lejanos y que están en Barcelona antes de ir a Madrid. «Hemos cruzado el mundo, y vale la pena mientras veamos al papa». Lo han dicho jóvenes chilenos, australianos y asiáticos. Más de 30.000 peregrinos están repartidos estos días por toda Cataluña, durmiendo en albergues, casas particulares, parroquias e incluso en el Palau Sant Jordi, que ofrece un panorama espectacular, con miles de jóvenes en sacos de dormir. Cabe destacar la buena voluntad de un gran número de familias, que se han ofrecido voluntarias para albergar a estos jóvenes extranjeros en sus casos. Al parecer, la buena química entre todos ellos ha triunfado, creando incluso lazos de amistad entre todos ellos.