Zaragoza

Zapatero no tira la toalla

La Razón
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Visto lo visto en el cónclave socialista de este fin de semana en Zaragoza, desde luego no encuentro motivos para pensar que en el PSOE está todo el pescado vendido. Llevamos semanas escuchando a los dirigentes socialistas –barones territoriales, ministros y dirigentes federales– pronunciarse sobre el futuro de Rodríguez Zapatero e intentando desentrañar las quinielas sobre sí será candidato a las elecciones generales de 2012. Un interrogante sin despejar y que seguirá abierto mucho tiempo. Y es que, quien escribe estas líneas es de los que piensa que el presidente del Gobierno no ha decidido todavía que es lo que va a hacer; es más, a poco que las cosas se pongan a su favor, encuestas incluidas, Zapatero volverá a ser cabeza de cartel. El actual secretario general del PSOE es un animal político, en el sentido positivo del término, y se me hace imposible imaginarlo retirado con poco más de 50 años en una casita de León como si la vida se hubiera terminado para él.

Es verdad que no se lanzará al precipicio de unas elecciones en las que la derrota sea irremediable; pero desde luego en este año largo de legislatura las cosas pueden cambiar más de lo que parece. Zapatero se ha subido, mejor dicho, le han subido al tren de las reformas económicas; en el año 2011 se puede empezar a crear empleo; la lucha contra ETA está encarrilada y los juegos florales en los que en otras ocasiones se entretenía el presidente han sido guardados convenientemente en el baúl de los recuerdos. En resumen, Zapatero no tira la toalla, se diga lo que se diga.

Es verdad que con este panorama hay algo que sí puede cambiar las cosas. La cita está en las elecciones autonómicas y locales del mes de mayo. Si en esos comicios el Partido Socialista sale muy mal parado, entonces los planes si que pueden trastocarse. En caso de que el PSOE salga de esas elecciones con unos resultados desastrosos, es el momento de barajar una posible rebelión de los barones y de los dirigentes socialistas, que harán que Zapatero abandone definitivamente ante las generales de 2012.

De todas formas, que nadie se engañe, el PSOE es imprevisible. Y en unas elecciones primarias, ante unas generales, puede pasar de todo. Quien piense que Pérez Rubalcaba o Blanco pueden atar la nominación de un candidato para unas legislativas se equivocan. Los socialistas siempre se han caracterizado por hacer lo contrario a las directrices marcadas desde Ferraz, por lo que si Zapatero decide irse a su casa, la sucesión se abre en canal.

Con todo, desde luego que a estas alturas me apunto a la teoría de la liebre. Una liebre que bien puede ser Rubalcaba, lanzada para que los medios se entretengan como si hubieran encontrado la piedra filosofal; mientras que Zapatero se guarece de las críticas y se hace querer. Ya tendrá tiempo para ponerse las medallas que necesite. ¡Queda mucho partido!