Estados Unidos

Filósofos optimistas

La Razón
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El positivismo antropológico que llevó el presidente del Gobierno a Moncloa en el año 2004 ha acabado creando escuela. Y seguro que dentro de algunos años –no demasiados–, cuando a Zapatero le hayan apartado los ciudadanos de sus tareas ejecutivas, esta corriente jubilosa de entender la política se estudiará en las prestigiosas universidades españolas y, allende las fronteras, en las de Estados Unidos, Francia, Alemania o Reino Unido. El tiempo se encargará de poner en su sitio a este presidente del Gobierno y de honrar la trascendente fórmula zapaterista, cuyos principios rectores son la confianza ciega en la suerte propia y el optimismo exacerbado. La fórmula zapaterista es lo que Descartes a la escolástica medieval: unas nuevas coordenadas para enmarcar el mundo. Si alguna comunidad autónoma está siguiendo al pie de la letra la nueva doctrina, ésa es Andalucía. Sólo hay que citar dos ejemplos recientes para demostrarlo.
El primero tuvo lugar el jueves dos de diciembre, coincidiendo con la publicación de los datos del Inem, según los cuales otras 8.517 personas se fueron al paro en noviembre en la región, un tercio de todo el desempleo generado en España en ese mes. A pesar de los malos datos, de que Andalucía tiene ya oficialmente 921.334 parados y 1,4 millones de demandantes de empleo, el consejero del ramo, Manuel Recio, dio una respuesta de libro –zapateril–. Atisbó el «cambio de tendencia» y se mostró firme en la remontada: «Soy profundamente optimista sobre la evolución del mercado de empleo», tronaron sus palabras.
El segundo caso verificable ocurrió hace tres días, al hacerse públicos los datos del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos, más conocido como Pisa. Según este informe, los estudiantes andaluces están a la cola de Europa en comprensión lectora, matemáticas o ciencias, por debajo de los niveles registrados en Trinidad y Tobago, Kazajistán o Rumanía. El consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, respondió con otra respuesta de libro –zapateril–. «Los resultados son modestos. Se ven señales de mejora». Ayer dijo que «es posible que estemos en el suficiente y aspiramos al notable»¿Es o no es meritorio el optimismo zapaterista?