Deriva socialista

Las calles de Murcia vivirán hoy la cuarta manifestación consecutiva contra el gobierno Valcárcel por aplicar unas medidas que le exige Bruselas a Zapatero y éste a las comunidades autónomas. Cataluña ya lo ha dicho bien claro: Haremos lo que nos venga en gana y no nos someteremos a las peticiones del gobierno socialista. Por contra, otras comunidades como la Región de Murcia optan por la lealtad institucional y sobre todo de país. De ese modo, se entiende que Valcárcel haya aprobado un plan de choque para hacer frente a la crisis económica y evitar que la Región quede descolgada de los tiempos venideros. Ser leal y responsable resulta caro en la España de Zapatero. Hay quien incumple y lo anuncia en rueda de prensa, y hay quien trata de cumplir y encima se le castiga. Esta es la España que tenemos. Esta es la España de Zapatero. Ninguna comunidad autónoma española ha soportado cuatro manifestaciones de los funcionarios en apenas siete días, es decir, día sí, día no. Y las que están por llegar. Los funcionarios protestan porque en enero les recortarán 75 euros, y no 350 como afirman en sus asambleas. Además, esa rebaja no proviene del Gobierno regional, sino que responde al ajuste aprobado por el propio Zapatero en junio, cuando Bruselas le amenazó con acudir en su rescate por el hundimiento de la economía española. Si además, añadimos que tales protestas contra Valcárcel van acompañadas de insultos, agresiones y asedios a viviendas particulares, estamos ante la deriva del PSOE en su sempiterna radicalidad. Ya lo dijo Pablo Iglesias: «Si la legalidad nos conviene, la respetaremos, en caso contrario, lucharemos contra ella». En la manifestación que acabó en la casa del presidente Valcárcel había muchos ex dirigentes del PSRM, ex directores generales, secretarios de anteriores gobiernos socialistas, diputados y hasta la actual candidata a la presidencia de Murcia. El respeto institucional no se puede vulnerar y el delegado del Gobierno está para garantizarlo, que es lo que no hizo González Tovar el pasado 22 de diciembre. Es la hora de las responsabilidades políticas.