En vivo y en directo

«Nunca hemos seguido modas. Puede que sea por eso que llevamos abiertos casi veinte años». Seguramente estas palabras, pronunciadas por Víctor Pereira, fundador del local, sea la mejor manera de definirlo. Esto se puede entender de dos maneras, pero sin duda alguna, ésta es la buena, ya que la Sala Live recoge todo tipo de gustos y los mantiene en un nivel más que razonable. Su historia comenzó hace 18 años. «Teníamos la misma idea que ahora, la intención de ser una sala de conciertos de calidad», explicó Víctor. La verdad es que lo consiguieron, ya que en su escenario han actuado grupos nacionales de la talla de Loquillo & Los Trogloditas, M-Clan, Rosendo o Burning. Además, sus puertas siempre estuvieron abiertas para otras bandas foráneas; de hecho, llegaron a tocar los Mad Caddies y los míticos The Fuzztones. Pero esta sala no se estanca en un género artístico, sino que hace gala de unas raíces que la llevaron por la senda del humor. «Veníamos de un local anterior en el que se hacían variedades, desde espectáculos con Faemino y Cansado hasta actuaciones de magia con Tamariz», agregó Víctor. Ahora mismo no es raro encontrarse por ahí con Enrique San Francisco o monologuistas de Muchachada Nui y El Hormiguero. Estos «shows», junto con los conciertos, se convocan para los viernes y los sábados, pudiendo coincidir ambos, y cuando terminan comienza la sesión de música hasta altas horas de la madrugada, con dos plantas con ambientes diferente.
Sin embargo, sí que hay un punto en el que la Sala Live sí que sigue las tendencias, aunque en este caso también es algo positivo. Me refiero al «minibar», en el que quien se acerque podrá disfrutar de ginebras «premium» y de todo tipo de cócteles.