Estados Unidos

Al borde de la nada por José María Marco

La Razón
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La victoria de Obama en las elecciones presidenciales parece haber consolidado la coalición electoral que le llevó a la Casa Blanca en 2008. A Obama le han vuelto a votar los afroamericanos, los hispanos, los jóvenes (menos), una parte importante de las mujeres, los sindicalistas, funcionarios y asimilados, así como los profesionales (más o menos «minoritarios») de ambas orillas continentales. Es, como se ha dicho, la América de las minorías, y deja atrás a la América blanca, protestante (y masculina) de antes. Así parece que toma cuerpo un bloque social esbozado en los años 70. El Partido Demócrata vuelve a tomar las cosas allí donde las dejó entonces, cuando el republicanismo consiguió encaramarse a una posición hegemónica que ahora ha abandonado.
En la nueva América sólo existen minorías y ningún grupo puede aspirar al estatus mayoritario. Para unir este conjunto abigarrado y poco consistente ya no parecen valer los principios de igualdad, libertad y responsabilidad que hasta hace poco habían mantenido cohesionada a la sociedad norteamericana. Ahora se requiere algo más blando y cariñoso, la empatía de la que el presidente Obama, figura minoritaria de por sí, es la encarnación carismática. Dicho en términos más prosaicos: sigue aumentando el tamaño del Gobierno y la sociedad civil se ve sustituida por un Estado auténtico, a la europea, inexistente hasta ahora.
Económicamente, se incrementan el gasto y los impuestos. En 2009, la política expansiva sirvió para salvar a Estados Unidos del desastre y tal vez sirva ahora, como quiere nuestro ministro de Asuntos Exteriores, para ayudar al Gobierno español a conseguir crédito o liquidez en las instituciones de la Unión Europea. También es posible que se desborden todos los límites de gasto y que Estados Unidos entre en una nueva recesión. O que un crecimiento mitigado, como el de este año, no consiga tirar del resto de las economías.
Políticamente, se han llevado una lección los republicanos, que siguen sin comprender el alcance y el significado de la nueva América. No son reaccionarios, como se dice. Lo que les ocurre es que no han encontrado un argumento y un discurso para dar voz a la América de las minorías. Ahora bien, que los republicanos anden anclados en una actitud que sigue repitiendo la del final de la Guerra Fría no quiere decir que la posición demócrata sea viable. Obama ha perdido más de seis millones de votos desde 2008 y el Partido Republicano no ha sabido crecer. Se han abandonado los principios clásicos sin que hayan surgido otros. Ni la empatía ni el gasto serán suficientes. Y está por ver si el Estado europeo se consolida en América. Sospecho que ni siquiera sus valedores entienden lo que es eso.