Un espectáculo faraónico

Madonna quería estar a la altura del mayor espectáculo televisivo en Estados Unidos y lo logró. También la cantante M.I.A., que procuró más de un sobresalto a los directivos de la cadena NBC –sólo comparable al momento en que Justin Timberlake descubrió un pecho de Janet Jackson en el «show» de 2004–, cuando aderezó su intervención con gestos obscenos al levantar el dedo medio para hacer una «peineta», que acompañó con una exclamación apenas audible.

Excusas de la NBC
Como sucedió hace ocho años, de nuevo un portavoz de la NBC, Christopher McCloskey, tuvo que pedir disculpas a la audiencia, ya que este borrón quitaba brillo a lo que, hasta este momento, había sido una retransmisión impecable. «Pedimos disculpas por el gesto inapropiado que fue transmitido durante el espectáculo de medio tiempo, fue un gesto espontáneo que nuestro sistema de retraso de transmisión captó demasiado tarde», afirmó McCloskey. Eso sí, no le dieron oportunidad a hacerlo por segunda vez, ya que la imagen apareció ligeramente borrosa para dejar de transmitir la imagen.

Ése fue el único lunar de la retransmisión de la Super Bowl, el mayor evento deportivo del año, en el que los New York Giants ganaron a los New England Patriots.

Más allá del aspecto meramente deportivo, Madonna fue la estrella del encuentro. Ella fue la encargada de amenizar el intermedio y aprovechó hasta el último segundo de los doce minutos que le fueron concedidos. La artista, consciente de que es la «prima donna» del pop, quiso reencarnarse en Cleopatra. Con una entrada digna de la superproducción del mismo título de Joseph L. Mankiewicz, Madonna emuló a Elizabeth Taylor. Vestida con un traje negro y dorado con capa y una espectacular corona –cortesía de Givenchy y diseñado por Riccardo Tisci–, sentada en un enorme trono y rodeada de guardias romanos, Madonna hizo su aparición interpretando el tema «Vogue». Después presentó el primer single de su nuevo disco «MDNA», «Give Me All Your Luvin», para redondear su intervención con una versión de «Like a Prayer», que cantó acompañada por un coro.

Los que también echaron el resto, para una audiencia estimada de 173 millones de telespectadores, fueron los anunciantes, cuyos creativos se esmeraron por ofrecer los anuncios más impactantes de la temporada. Durante cuatro horas, los espectadores pudieron ver los 62 anuncios más caros de la temporada. En definitiva, cualquier cadena de televisión en el mundo quisiera tener un espectáculo con unas dimensiones tan faraónicas, tanto como sus beneficios.

El evento de los récords
- La audiencia estimada de la retransmisión de la Super Bowl fue de 173 millones de espectadores.
- Cada anuncio de 30 segundos costó a los anunciantes unos tres millones y medio de dólares.
- 12.233 twetts por segundo comentaron los lances del encuentro y la actuación de Madonna logró 50.000 menciones al minuto, según confirmó la propia red social.