Convenios colectivos

Los controladores cuestan con el PSOE 402 millones más que con el PP

La etapa de mandato socialista ha sido un buen caldo de cultivo para que los controladores siguieran mejorando su estatus quo. El último y único convenio colectivo de referencia es el que firmaron con AENA en 1999, en el Gobierno de Aznar, y ése es el paraguas bajo el que el PSOE ha intentado protegerse para justificar la huelga salvaje sin precedentes del pasado puente.

Los controladores han colgado en sus puestos de trabajo carteles en contra de las medidas aprobadas por el Gobierno
Los controladores han colgado en sus puestos de trabajo carteles en contra de las medidas aprobadas por el Gobiernolarazon

Pero la letra pequeña, que el PSOE no cuenta, prueba que los privilegios no son heredados y que aunque todos los gobiernos han ido alimentando la «casta», desde 2004 su situación fue mejorando y mejorando, con cesión tras cesión, hasta que llegó el hachazo «in extremis» del decreto de febrero de este año, pendiente aún de ser ejecutado en su integridad.

El convenio de 1999 tenía una vigencia de 5 años, es decir, venció justó en 2004, cuando Zapatero llegó al poder. Desde entonces se ha ido prorrogando con dos particularidades. En la etapa socialista, AENA no ha convocado plazas de controladores, salvo 150 en 2006, y otras 150 este pasado mes de octubre, sin que todavía se haya materializado la selección. Y, además, la negociación ha permitido que se multiplicaran las horas «extra» de los controladores, con la sangría que esto supone para las arcas de AENA. Ahí hay un nombre a destacar, el de la ex ministra Magdalena Álvarez, que no quiso o no pudo doblegar al colectivo y acabó cediendo en su principal exigencia: cuello de botella en la plantilla y aumento de las horas extraordinarias. El sentido común señala una solución evidente para un problema crónico que ha devenido en ineficiencia, poca productividad, en comparación con otros países de la UE, y superior coste: más controladores y menos horas extraordinarias, lo que muy posiblemente saldría incluso más económico. Pero la receta que se ha aplicado en los últimos años ha sido justo la contraria. El decreto de febrero habilitaba la selección de hasta 500 controladores, nacionales y extranjeros, siempre que se ajustasen a la normativa de la UE. Pero aún está por ver cómo se concreta esa promesa que, según anunció en su día el ministro Blanco, serviría para evitar que los ciudadanos volvieran a ser rehenes de los controladores.

Las cifras lo dicen todo. En 2003, el número de horas extraordinarias que se les pagaron fue de 676.000 anuales, computando el conjunto del espacio aéreo nacional. En 2009, último año en el que se puede hacer una contabilización precisa, esa cifra se dispara hasta 1.189.000 horas extraordinarias anuales. La política socialista ha permitido que el coste medio de un controlador haya pasado de los 200.000 euros anuales de 2003 a 350.000 euros en 2008. El gasto total de AENA, y por tanto de todos los contribuyentes, en mantener a la plantilla de controladores fue en 2003 de 392 millones de euros. Y en 2008, último año con datos cuantificables, fue de 817 millones de euros. Mientras que la tasa de efectivos se ha mantenido casi igual: 1.962 efectivos en 2003 y 2.335 en 2008.