Bruselas
Un perro contra el pelotón
No había manera de atravesar la barrera. Un perro cruzó la carretera y el pelotón se transformó en una barricada. Cancellara, el líder, tampoco se libró y quedó atrapado entre cuerpos tendidos y bicicletas enganchadas. «Tuve que pasar por encima de todos los que estaban en el suelo. Con tanta gente es difícil de defender la posición en el pelotón», confesó.
Pero la caída no le produjo más daño que unos ligeros rasguños. Mantiene el jersey amarillo porque la caída, como la anterior y la que llegó después, estaba dentro del terreno protegido. Tampoco Contador pierde terreno en la general, aunque el cuerpo del español estaba un poco más dolorido al cruzar la meta. «No me dio tiempo a frenar para evitar la caída y me he llevado el golpe en la rodilla. Espero que no tenga importancia, que no sea nada grave», confesó.Los pocos afortunados que marchaban por delante se sintieron liberados para luchar por el triunfo en la etapa y el Tour regresó al pasado cuando Petacchi levantó los brazos. Sus rivales se habían quedado por el camino. Cavendish, el primero. El favorito en el esprint trazó mal una curva y en la caída arrastró a Freire. Dos rivales menos. El resto se quedó en la caída masiva. Y Mondory, después, viendo cómo su bicicleta era arrastrada por otra. Todos al suelo en Bélgica, como el año pasado en la Vuelta. Entonces fue en Lieja, ayer en Bruselas.«Por la mañana tenía cierta tensión por tantos años sin venir, pero a medida que ha transcurrido la etapa se me ha pasado. Estoy feliz porque siempre es bonito ganar una etapa en el Tour», confesó Petacchi. El veterano ganador, que regresaba a la carrera después de seis años de ausencia, no era el único intranquilo en la etapa de ayer. «Ha sido una locura, la típica primera etapa del Tour, nerviosa, donde todos quieren estar delante y no puede ser», comentó Lance Armstrong. «Es una muestra de lo que va a ser la etapa de pavés, también nerviosa, con carreteras estrechas, con mucho público y firme malo. Ha sido una jornada bonita por el público, pero la gran afluencia de espectadores la hacía más peligrosa», añadió. El estadounidense no quiere alimentar su rivalidad con Contador y reconoce que los cinco segundos que tiene de ventaja no son demasiados: «Cinco segundos no es nada».
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