Cuba
Manuel Fraga un hombre y político ejemplar por Jorge Fernández
En unos momentos en los que insistentemente se demanda ejemplaridad en el ejercicio de la función pública, ha fallecido uno de los políticos que de manera más ejemplar ha desempeñado sus responsabilidades políticas en nuestro país. Manuel Fraga ha dedicado su vida al servicio de unos ideales políticos sobre los que fundó un partido que hoy vuelve a ocupar el Gobierno de la nación con la confianza mayoritaria de los españoles. Su valiente evolución política, optando por el reformismo que permitió la compleja transición desde el régimen autoritario, contribuyó de forma crucial al proceso de democratización que hoy ha desembocado en una alternancia basada en la pluralidad y el respeto. El carácter integrador de don Manuel representa uno de sus más valiosos legados, particularmente relevante en una sociedad como la española, en la que en ocasiones el sectarismo hacia el centro-derecha por parte de algunos actores ha superado los límites que siempre deben respetarse en la contienda política. En este sentido, resulta reconfortante comprobar que los elogios a la figura de Manuel Fraga tras su fallecimiento se han sucedido por parte de compañeros y amigos, pero también por quienes en algún momento se han considerado como adversarios políticos, aportando una merecida recompensa a los esfuerzos integradores de quien tanto hizo por aglutinar a una considerable parte de los españoles en torno a la democracia.
Muchos son los éxitos políticos que Fraga protagonizó en una brillante carrera en la que, como no podía ser de otro modo en tan dilatada trayectoria, también hubo fracasos de los que siempre supo aprender con la humildad de un hombre de su grandeza, tanto humana como política. Los reveses le enriquecieron y le fortalecieron, como también lo hicieron la honestidad y la visión que le llevaron a impulsar con generosidad un proceso de sucesión que renovaría y reforzaría al partido que en unos años pasaría de oposición a Gobierno. Quien tuvo la honradez y el mérito de asumir que otros debían continuar el liderazgo que con ejemplar dedicación y acierto él mismo ejerció al frente del partido, siguió manteniendo una intensa actividad política que le llevó al Parlamento Europeo y, posteriormente, a presidir el Gobierno de Galicia. Su entrega y eficiencia al frente del Ejecutivo gallego ofreció una demostración más del compromiso de un político que además fue un admirable intelectual y académico. Su inteligencia y formación fueron esenciales para articular una sólida y eficaz Constitución que guió el proceso constituyente y democratizador, digna herencia de quien hoy es considerado con toda justicia como un hombre de Estado. Su amplia y reconocida producción académica es testimonio de la extraordinaria capacidad intelectual de un político que combinaba con excelente equilibrio la pasión y la razón. Su energía desbordante y su profunda curiosidad intelectual constituyen rasgos dignos de mencionar del carácter de un hombre sencillo que nunca olvidó la experiencia emigrante de sus padres en Cuba. Su religiosidad y discreción conformaban también la personalidad de quien sufrió el fallecimiento de su esposa y un deterioro físico al que siempre se enfrentó con ese temperamento y esa fuerza tan característicos suyos.
Don Manuel Fraga es uno de esos grandes referentes políticos que con su vida ha dignificado el servicio al Estado, un modélico personaje para quienes ejercen la función pública en España. Su firme respeto institucional y su incansable acción política han sido los ejes de una trayectoria ejemplar que de manera tan sobresaliente ha contribuido a modernizar nuestro país y nuestro sistema democrático. Es por ello necesario evocar su personalidad con tristeza por su marcha, pero con un agradecimiento sincero tan merecido.
Jorge Fernández
Ministro del Interior
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