Bruselas
Países Bajos prohibirá el «burka» y el «niqab»
La nueva coalición de centro izquierda impone un código ético a los banqueros. El Ejecutivo de Rutte recortará 16.000 millones para sanear las cuentas públicas en 2017
Los ciudadanos holandeses pagarán más por la sanidad, la educación y la vivienda. El pacto de Gobierno entre los liberales de derecha (VVD) y los socialdemócratas (PvdA) prevé una batería de recortes con el objetivo de reducir el déficit público por debajo del 3% del PIB tal y como exige Bruselas. En concreto, el Gobierno de centro izquierda que encabeza el liberal Mark Rutte prevé ahorrar 16.000 millones de euros en cuatro años, que se suman a los 18.000 ya aprobados en primavera por el Ejecutivo saliente.
Y es que Países Bajos, tradicional aliado de la política de austeridad de Alemania y perteneciente al exclusivo club de países que conservan la calificación triple A, desea predicar con el ejemplo equilibrando sus cuentas públicas en 2017. El déficit cerró en el 5% en 2011. Las dos formaciones políticas más europeístas y más votadas en las elecciones legislativas del pasado 12 de septiembre apuestan por avanzar en la unión fiscal y bancaria en la Eurozona. La inminente negociación sobre las perspectivas financieras de la Unión Europea para el período 2014-2020 pondrá a prueba en noviembre el talante del nuevo Ejecutivo. Como contribuyente neto, el Gobierno de La Haya reclama con insistencia la reducción del presupuesto comunitario. Como señal alentadora, un europeísta reconocido, el socialdemócrata y ex secretario de Estado de Asuntos Europeos Frans Timmermans, dirigirá la Diplomacia holandesa.
Aunque relativamente cortas (47 días), según los criterios de la política holandesa, las negociaciones han sido duras y cada formación ha tenido que realizar importantes concesiones programáticas. El PvdA, por ejemplo, ha aceptado que se bajase el tramo superior del impuesto de la renta, del 52% al 49%, a cambio de un acuerdo por el que el pago del seguro médico será proporcional a los ingresos del contribuyente. El VVD, por su parte, ha autorizado una amnistía general para los menores demandantes de asilo que residan en Países Bajos desde hace cinco años. Eso sí, a cambio de un endurecimiento de los criterios de ayuda social a los inmigrantes que no dominen el idioma neerlandés.
«Fuerte impacto para todos»
El líder socialdemócrata, Diederik Samsom, que enarboló la bandera contra la austeridad durante la pasada campaña electoral, tuvo que reconocer el lunes que «este acuerdo tendrá un fuerte impacto para todos, pero también tiende puentes entre ricos y pobres». Con la intención de garantizar el futuro del Estado de bienestar, la edad de jubilación se elevará a los 66 años en 2018 y llegará a los 67 a partir de 2021. El generoso subsidio de desempleo también se verá recortado. Durante el primer año, el parado recibirá el 70% de su último sueldo y durante el segundo año la prestación equivaldrá al salario mínimo. Además, por razones presupuestarias el Gobierno no apoyará la propuesta para que el país acoja los Juegos Olímpicos de 2028 por «falta de apoyo social»
Cuatro años después de iniciarse la crisis financiera con la quiebra de Lehman Brothers, Países Bajos impondrá a los bancos un estricto código deontológico que les obligará a no vender productos de alto riesgo e hipotecas basura a sus clientes. Además, se fijará que los bonus de los banqueros no puedan superar el 20% de su salario anual. Las entidades bancarias serán sancionadas en caso de imcumplir dichos compromisos. Sobre el intervenido ABN Anron, el Gobierno no tiene previsto venderlo «hasta que los mercados de estabilicen».
En el plano social y siguiendo los pasos de Francia y Bélgica, el Gobierno de centro izquierda prohibirá que las mujeres vistan el «burka» o el «niqab» –velo que deja al descubierto los ojos– en edificios oficiales, así como en la educación, la sanidad y el transporte público. Asimismo, a partir de 2017, el 30% de los puestos directivos de las instituciones públicas deberán ser ocupados por mujeres y se eleva a 18 años la edad legal a la que se puede beber alcohol. Para luchar contra el turismo de la marihuana, sólo se permitirá fumar en los «coffee shops» a quienes residan en el país.
El Gobierno de Rutte contará con trece carteras (siete ministros liberales y seis socialdemócratas). El Ministerio de Defensa tendrá por primera vez una mujer a la cabeza, la diputada liberal y ex eurodiputada Jeanine Hennis. Los también liberales Ivo Opstelten, Melanie Schultz y Edith Schippers mantendrán sus carteras de Justicia, Transportes y Sanidad, respectivamente. Economía estará dirigida por el Henk Kamp y la mano derecha de Rutte, Stef Blok, será el ministro de Vivienda. El socialdemócrata y ex concejal del Ayuntamiento de Ámsterdam Lodewijk Asscher, de 38 años, ocupará la Vicepresidencia del Gobierno y la cartera de Asuntos Sociales. La sensible cartera de Finanzas será ocupada por el también socialdemócrata Jeroen Dijsselbloem, mientras que el ex ministro de Educación Ronald Plasterk (PvdA) se encargará de Interior.
La próxima semana, el nuevo Ejecutivo jurará sus cargos ante la reina Beatriz I, con la que posarán en la escalinata del palacio real. La coalición cuenta con 79 de los 150 escaños del Parlamento.
Un ministro de exteriores que respalda los rescates al sur
El socialdemócrata Frans Timmermans (51 años) tendrá la oportunidad de imprimir su europeísmo al Ministerio de Exteriores. Ya lo demostró como secretario de Estado de Asuntos Europeos entre 2007 y 2010. Y es que no por casualidad Timmermans nació en Maastricht, donde se firmó en 1992 el tratado que creó el euro. En un país donde el euroescepticismo ha crecido a izquierda y derecha, el jefe de la Diplomacia holandesa promete avanzar en la unión bancaria y monetaria para que el euro salga reforzado de la crisis. En clave interna, el nuevo Gobierno tiene por delante una importante labor didáctica para explicar a sus ciudadanos que Países Bajos es uno de los mayores beneficiados de su pertenencia a la moneda única. Según el centro de estudios económicos CPB, el mercado interior aporta a cada holandés entre 1.500 y 2.200 euros al año, y el euro, unos 500 euros adicionales.
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