Ferias taurinas

El artista sí deportista de élite

Las técnicas de investigación y trabajo del deporte de alto rendimiento han llegado al mundo del toro para conocer mejor el funcionamiento del organismo de los toreros y mejorar los sistemas de entrenamiento específicos.

021ISI10FOT1
021ISI10FOT1larazon

La preparación física de los toreros se ha convertido en algo esencial para afrontar una temporada cargada de viajes y el estrés propio de la responsabilidad que tienen cada vez que se visten de luces. El mundo del toro, obsoleto en algunos aspectos, está empezando a abrir las puertas a nuevos métodos de investigación y trabajo para optimizar el entrenamiento de cada diestro. Atrás queda el correr largas distancias o juegos como el tenis y el frontón, como sistema fiable de entrenamiento, al mundo del toro ha llegado la metodología del deporte de alto rendimiento: conocer las características de su morfología para potenciar las virtudes y corregir las deficiencias.

En este empeño se encuentra el joven albaceteño Víctor Zafrilla, un apasionado de la Fiesta y licenciado en Ciencias del Deporte cuya tesis doctoral se basa en el estudio del comportamiento del organismo de los toreros ante las diferentes situaciones. Analizar el ritmo cardiaco y establecer pautas de preparación para mejorar en la recuperación y la estabilización de las constantes durante la lidia: «Se intenta conseguir que, entre tanda y tanda, el corazón baje de pulsaciones», asegura Zafrilla.

En esta misma línea trabaja Poli Gallardo, que fue preparador físico de diferentes clubes de fútbol y baloncesto, además de serlo de Morante de la Puebla hasta la temporada pasada. «Es importante trabajar que el torero controle las pulsaciones, porque si el nivel es muy alto el oxígeno lleva el menor porcentaje al cerebro y el tiempo de respuesta ante un imprevisto es mucho mayor», argumenta el preparador sevillano.

No obstante, para conseguir este resultado ideal debe existir un trabajo bien hecho durante el invierno. «No se trata de entrenar mucho, pero sí bien», es la premisa del investigador albaceteño. También diferencia entre las figuras, que torean prácticamente a diario durante la temporada, de aquellos que suman menos festejos en la misma: «El Juli o Manzanares llevan la preparación ideal: torear. Es la mejor fórmula para mantenerse con todos los parámetros correctos».

Por su parte, Gallardo, veterano en esta lides, establece que el 60 por ciento del triunfo de un torero radica en la preparación física. «El valor y el arte se puede tener de modo innato, pero si el soporte, en este caso el cuerpo, no está en plenas condiciones, es difícil triunfar», sentencia.

Hablar de un único sistema de entrenamiento no sería correcto, aunque existen unos principios básicos de manera que podrían aplicarse a todos los toreros. «Hay dos cualidades inherentes a la práctica del toreo: resistencia y explosión, por ello se debe potenciar en el ejercicio anaeróbico y en los cambios de ritmo», asegura Gallardo. En cuanto a la tonificación muscular de los toreros, lo tiene muy claro: «No se trata de hacer culturistas, simplemente ganar la masa muscular necesaria, pero sin perder elasticidad, que es algo fundamental para la composición a la hora de manejar el capote o la muleta».

Así todo, el complemento ideal a un buen entrenamiento es una preparación psicológica. Poli Gallardo está formándose en este ámbito, porque «delante del cara del toro hay que tener la mente en plena forma», sentencia. «En el mundo del toro es complicado llegar a ser alguien y si no hay una disciplina y una coordinación en el tratamiento de todos los aspectos que afectan al organismo es más complicado aún» y continúa el sevillano, «los jóvenes espadas se han dado cuenta de lo fundamental que es esto y están mucho más abiertos a seguir esta disciplina física bastante estricta».


El estudio
- El primer paso de la investigación es la prueba de esfuerzo, en la que se mide la producción de oxígeno y dióxido. Los niveles de estos serán indicativos de la capacidad aeróbica. Cuanto mayor sea el nivel de oxígeno, mayor capacidad tendrá. Hay toreros que tienen niveles similares a los de un fondista.
- Monitorizar el ritmo cardiaco en diferentes situaciones: toreando de salón, en un tentadero o matando a un toro. La finalidad es saber si el torero es capaz de disminuir el número de pulsaciones entre tandas de muletazos y estabilizarse de cara a la siguente serie. De los resultados de ambas pruebas saldrá el diseño del plan específico de entrenamiento.