España

ANÁLISIS: Una materia adoctrinadora por Jaime Urcelay

La Razón
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¿Qué aporta la asignatura de Educación para la Ciudadanía?
–Poco o nada. Más bien provoca problemas: invade la responsabilidad de las familias en la educación moral de sus hijos, impone criterios sobre cuestiones controvertidas y resta tiempo a las asignaturas fundamentales. Los contenidos que sí son necesarios pueden estar en otras materias o tratarse en las tutorías. Es falso que Europa nos exija el actual modelo.

La regulación de los nuevos contenidos de la asignatura, ¿puede ser un paso previo para su supresión en la próxima reforma educativa?
–Ésa ha sido la intención del Ministerio, pero se podía haber ido mucho más lejos. Nadie ha quedado satisfecho. La asignatura está mal enfocada desde su origen porque se entendió más como una moral de Estado obligatoria que como un conjunto de conocimientos sobre el sistema democrático y constitucional. Por eso no basta con maquillarla. La mejor solución del conflicto es que el Gobierno cumpla su compromiso y quede suprimida en la nueva ley.

¿Está admitida la objeción a la asignatura en España?
–El Tribunal Supremo quedó dividido ante esta cuestión, pero finalmente no la admitió, a diferencia de lo que ocurrió en varios tribunales superiores de Justicia. Con todo, muchos padres prefieren seguir su conciencia y, a día de hoy, siguen objetando, asumiendo que sus hijos suspendan esta asignatura. Ahora que el Gobierno ha declarado que se trata de una asignatura adoctrinadora, lo coherente sería que se eliminaran los perjuicios académicos sufridos desde el año 2007 por los alumnos objetores.
 

Jaime Urcelay
Presidente de Profesionales por la Ética