Sevilla

Prólogo de la Vuelta preludio de un futuro «amurallado» y de protestas

Las altas temperaturas afectaron a la presencia de público en el circuito, con 32 grados poco antes de la salida de los ciclistas. 

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La cara y la cruz de la ciudad. El jolgorio de un acontecimiento multitudinario y las «miserias» de la capital. La etapa prólogo de la Vuelta Ciclista a España sirvió ayer, por un lado, de involuntario ensayo del «blindaje» del centro, con toda la zona cortada y un único acceso por la calle Águilas, y de gran parte de la zona monumental y exteriores desde las 19:00 horas, con sus consecuentes colapsos circulatorios; y, por otro, de preludio de un septiembre que se antoja «cargadito» de protestas, según el anuncio de los sindicatos en un centro «amurallado».

El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) en Sevilla y la Unión Federal de la Policía (UFP) se echaron a las calles –entre el colectivo del Cuerpo Local y del Nacional, unas 200 personas, según fuentes sindicales– para, los primeros, reclamar el pago de los servicios extraordinarios y, los segundos, exigir una equiparación salarial con el resto de Fuerzas de Seguridad y contra el recorte salarial.

La Vuelta congregó a más agentes de paisano que uniformados en toda la ciudad. Del Cuerpo Local, los 20 agentes disponibles estaban en la Vuelta, reforzados con el operativo de la organización del evento, además de la Guardia Civil. Los 150 voluntarios –legal, ilegal o alegalmente– hicieron de agentes de Tráfico, mientras que el resto de la ciudad quedó desabastecida. El Sindicato Profesional de Bomberos (SPB) alertó también de que los efectivos del parque municipal se redujeron drásticamente con el evento ciclista.

Por lo demás, el calor –32 grados– poco antes de la salida de la contrarreloj restó vistosidad al primer evento de este tipo celebrado de noche en un circuito urbano. La noche no invitaba a ir expresamente a ver a los ciclistas, salvo aficionados a las dos ruedas. No obstante, las personas que pasaban por el recorrido no dudaron en pararse a contemplar la «serpiente multicolor».