Asturias

Un grave desafío político

La Razón
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El día después del comunicado de ETA, en el que anunció «el cese definitivo de su actividad armada», el futuro político del País Vasco se mantiene en una penumbra con sobrados interrogantes y pocas certidumbres. El guión diseñado por la banda terrorista, y recogido en documentos secretos publicados en exclusiva por LA RAZÓN, se ha cumplido de forma meticulosa. Este tiempo no es ajeno a los planes de ETA y esa circunstancia debería templar la euforia de algunos responsables con demasiadas urgencias.

Como hoy adelanta nuestro periódico, los próximos pasos están definidos. En el «cronograma» desarrollado por ETA en unos textos elaborados en 2009 se detalla que, después de la legalización de Bildu y la Conferencia Internacional, llega la reedición de los Pactos de Estella, denominados ahora «Lizarra-2», que tiene como objetivo prioritario forzar la independencia del País Vasco y Navarra desde una posición de hegemonía. Hablamos de un proyecto para alcanzar un poder institucional tal, que permita a ETA desarrollar una política de hechos consumados, lo que supondrá un desafío político sin precedentes en la historia de la democracia.

Amaiur, la marca de Batasuna, está en condiciones de superar al PNV y utilizar el Parlamento contra el marco jurídico con proclamas unilaterales. El comunicado de la banda es concluyente cuando se refiere a la territorialidad y la autodeterminación como propósitos irrenunciables del proceso abierto. También lo fueron los responsables proetarras que ayer en San Sebastián subrayaron que la decisión de ETA «no supone el cierre del conflicto», sino que «tiene que venir acompañada de medidas que lo superen por parte de los gobiernos de España y Francia». Lo que no aclararon es qué ocurrirá cuando los ejecutivos, con la razón de Estado y el convencimiento moral de su parte, se opongan a pagar un precio por la paz.

La democracia debe estar preparada para responder con firmeza e inteligencia a la amenaza. Las prisas suelen provocar errores y eso es algo que los demócratas no se pueden permitir en un escenario tan complejo. El lendakari defendió ayer flexibilizar ya la política penitenciaria y anunció que convocará a todos los partidos, incluido Bildu. ¿Por qué este vértigo? Nos preocupan estos ritmos atropellados y esos guiños carcelarios a una banda que no se ha disuelto.

El desafío político que ETA prepara tendrá que ser gestionado, como ayer mismo admitió el Gobierno socialista, por el próximo Ejecutivo. LA RAZÓN informa hoy de que Mariano Rajoy no se apartará ni un milímetro de la política diseñada en el Pacto Antiterrorista. Un acierto. Como lo fueron las sentidas palabras de ayer del Príncipe de Asturias hacia un colectivo ejemplar e imprescindible de nuestra sociedad: «Quiero volver la mirada, con inmenso cariño y respeto, hacia las víctimas, hacia su dolor y rendir el homenaje más emocionado a su memoria, a su dignidad». De que las víctimas sean protagonistas o no, dependerá en buena medida que el final del terrorismo sea moralmente aceptable.