Historia

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Tony Blair

La Razón
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En los últimos quince años ha habido en la vida política occidental varias personalidades fuertes. Ahí están Clinton, Aznar, Bush y más recientemente Sarkozy, Merkel y Obama. Uno de los más atractivos, la superestrella del grupo, es Tony Blair. Sus memorias, recién publicadas, ayudan a entender por qué. Es un libro ágil, directo, moderno y democrático en la forma… y en el fondo. Ahora anda dedicado, cuenta, a la acción altruista en dos áreas específicas, que son África y la fe, pero eso no le ha hecho perder sus reflejos. Y es que Blair, que siempre ha creído en la libertad, sigue planteando qué podemos hacer, cada uno de nosotros, para mejorar las cosas. En la reflexión sobre la crisis económica, se pregunta cómo es que habiendo fallado los reguladores y los políticos, parece haberse impuesto una política que da más poder a los que no entendieron lo que se nos venía encima. En cuanto al diálogo palestino-israelí, otra vez de actualidad, pone el acento en la necesidad de que los palestinos –y en general el mundo musulmán– se decanten definitivamente por una solución pacífica. En la cuestión del islam, llama la atención sobre la responsabilidad de la religión y de la civilización islámica en la deriva terrorista, lo que nos lleva a preguntarnos si los musulmanes, y nosotros mismos, estamos enfocando con la claridad suficiente un asunto vital. Si en tiempos de la Guerra Fría, dice Blair, se le hubiera preguntado a cualquier persona (aficionada a la libertad, se entiende) cuánto tiempo deberíamos estar dispuestos a enfrentarnos a la amenaza, la respuesta habría sido: el tiempo que dure la amenaza. ¿Por qué hoy somos incapaces de dar esa misma respuesta, tan sencilla, tan evidente? «Somos demasiado débiles, estamos a la defensiva, llenos de dudas, demasiado inhibidos y demasiado faltos de sentido del deber». Y aunque Blair sabe lo que el registro heroico significa, no tiende a situarse en él de buenas a primeras. Lo que nuestros mayores nos legaron, afirma, lo que nos hizo grandes, no es ahora la reliquia de un mundo poderoso y desaparecido. Es el espíritu vivo de una visión optimista de la historia humana.