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Una líder eficaz y con carácter por Francisco Marhuenda

La Razón
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No es fácil, pero intentaré no caer en los tópicos habituales en estos casos. Esperanza Aguirre me gusta porque es una mujer de carácter y transparente. No engaña a nadie. Se puede estar o no de acuerdo con ella, pero hay que reconocer que tiene firmes convicciones. Es políticamente incorrecta. No me sorprende que irrite a algunos, pero se la quiere precisamente por esos aspectos que la convierten en un personaje singular. Es exquisita y elegante, pero a la vez sencilla y popular. No hay impostura en sus ademanes y actuaciones, algo realmente difícil porque he conocido a muchos políticos ávidos de una foto y que se les notaba la impostura. No se sentían cómodos, pero estaban dispuestos a cualquier sacrificio. Le gusta la gente. Es algo que se nota en sus reacciones en las circunstancias más variopintas. Como todo el mundo, tiene defectos, pero sus virtudes los superan con creces. Sus adversarios, nunca sé si son peores los internos o los externos, han intentado dar siempre la imagen de una mujer superficial. Nada más alejado de la realidad. He tenido la oportunidad de hablar muchas veces con ella y se nota su preparación, experiencia e inteligencia. No hay que olvidar que antes que política superó una difícil oposición como alto funcionario del Estado. Aguirre es lista y rápida. Es cierto que ha desarrollado una actividad vertiginosa y nunca se ha callado ante los periodistas, pero jamás le ha costado reconocer sus errores o equivocaciones. Hay otros que nunca asumen nada y se deben creer infalibles. En ocasiones ha sido un personaje incómodo dentro de su partido, aunque algunos han estado muy contentos con que Aguirre y Rajoy no tuvieran una relación fluida. Nadie le podrá negar los méritos de haber convertido al PP de Madrid en una poderosa máquina electoral y obtenido victoria tras victoria en las municipales, generales y autonómicas. El Madrid de Aguirre es un ejemplo en muchos sentidos. Todo esto ha sido posible porque ha tenido un equipo extraordinario a su alrededor. No creo que esta sucesión de éxitos hubieran sido posibles sin Ignacio González e Isabel Gallego. El vicepresidente ha sido el complemento perfecto, ya que ha llevado el día a día del Gobierno, y será un gran sucesor. Es un merecido reconocimiento. Gallego es la mejor directora de comunicación que he conocido. Leal, trabajadora, ingeniosa, divertida y eficaz.