África

Rabat

Mohamed VI se enfrenta a su reválida política

El Movimiento 20 de Febrero convoca protestas y llama al boicot a los comicios

Todo Marruecos refleja la cita electoral
Todo Marruecos refleja la cita electorallarazon

RABAT- Aparte de las ya habituales concentraciones frente al Parlamento y de las manifestaciones convocadas por el Movimiento 20 de Febrero, el ambiente electoral en Marruecos a 24 horas de la jornada de votaciones es prácticamente nulo. En las principales arterias de Rabat no se ve un solo pasquín institucional animando a la votación y mucho menos se ven de partidos políticos, cuya campaña se puede calificar de «perfil bajo». La gran duda que planea en el ambiente es cuál será el nivel de participación, que tendrá que superar el 37% de las legislativas de 2007 por bastante diferencia para poder hablar de un éxito en la reforma emprendida por las autoridades de Rabat como respuesta a las demandas de la Primavera Árabe. El catedrático de Historia Contemporánea, Abdeluahed Agmir, considera que, si no se alcanza una cifra en torno al 50%, «que sería un buen resultado», los marroquíes «estarían castigando a los partidos políticos, no al rey». Y eso a pesar de que estas elecciones se plantean como una especie de reválida sobre el referéndum de reforma de la Constitución del pasado 1 de julio. En aquella votación, el rey Mohamed VI echó toda la carne en el asador al apoyar explícitamente el «sí» a la reforma frente al boicot del Movimiento 20 de febrero, de muchos partidos de izquierda y del ilegal, pero tolerado, movimiento islamista Justicia y Caridad. Sin embargo, para el economista Fouad Abdelmoumni, «el Rey está perdiendo el tiempo si piensa que con estas elecciones puede dar por cerrado el proceso democratizador que están pidiendo los ciudadanos». Para este simpatizante del Movimiento 20 de Febrero, después de esta convocatoria «podremos ver probablemente más y mayores manifestaciones». Y eso a pesar de que, todavía, muy pocos, poquísimos, se atreven a cuestionar el papel de la monarquía en este país. Akmir subraya que hay «unanimidad» respecto al respeto a la corona. Pero Abdelmoumni añade que «sería mejor que el poder entendiera que los cambios reales son necesarios, y cuanto más rápidos, mejor».

Marruecos no quiere, ni de lejos, encontrarse con los problemas que tiene Egipto o que han llevado a revoluciones violentas en Túnez o guerras abiertas, como en Libia. Sin embargo, su clase dirigente se encuentra ante la perspectiva de una mayor contestación por parte de la oposición civil que, sobre todo, insiste en que no se ha dado respuesta a una de sus principales demandas: acabar con una entramado político al que acusan abiertamente de fomentar la corrupción.

 

El impulso del «Día de la Ira»
El Movimiento 20 de Febrero no se rinde. La convocatoria electoral le ha dado nuevo ímpetu para seguir reclamando «dignidad y justicia». Sus portavoces señalaron ayer que convocarán el «Día de la Ira» en todo el país el próximo 4 de diciembre.