El Mago Murphy: «La magia blanca se está volviendo blaugrana»

–«Escuela de magia»: ¿busca en su espectáculo un nuevo Harry Potter?
–Busco que los niños se aficionen a la magia. Es la única escuela en la que los niños se convierten en magos, y los magos, en niños.

–Los niños de hoy, ¿son difíciles?
–Difíciles de engañar. Les sorprende más un videojuego que un conejo vivo saliendo de una chistera. Hay que competir con la magia virtual.

–¿Qué le gustaría tener de Harry Potter?
–Su poder de convocatoria. Y su varita mágica, claro.

–Si se quedara en el paro, ¿se acabaría comiendo su conejo o su paloma?
–Hombre, si el hambre aprieta...

–¿Qué le gustaría que saliera de su sombrero?
–La solución de la crisis, pero no tengo licencia para hacer milagros. Me conformo con hacer sonreír a la gente.

–¿Magia blanca es la que hace Florentino Pérez?
–La magia blanca se está volviendo blaugrana.

–¿No preferiría ser un mago de las finanzas, o del fútbol, o de...?
–No. Tengo el mejor trabajo del mundo: me pagan por divertirme.

–Me imagino que cree en los Reyes Magos: ¿se queda con el incienso, el oro o la mirra?
–Prefiero que me traigan mucho trabajo, salud y amor.

–Usted se llama en realidad David Rodríguez...
–Sí, pero con ese nombre no se puede ser mago. Me puse Murphy para llevar la contraria a la ley de Murphy: yo soy muy optimista.

–«Si algo puede salir mal, saldrá mal». ¿Qué teme que le salga mal?
–Que la paloma aparezca muerta en el sombrero.

–Ante la crisis, sonrisas. Se hacen muchos chistes...
–Ya lo creo. Dice uno: «Fíjate cómo estoy que el niño que tengo apadrinado en África me está enviando dinero a mí».

–Y otro dice: «Cómo estaré de mal que mi mujer se ha ido con otro y yo me voy a vivir con ellos...».