Bruselas

Los datos económicos en España avanzan un frenazo brusco

Caen el consumo de luz y de cemento, y las ventas del comercio. La crisis de la deuda dispara las alertas.

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Madrid- La pregunta es constante: ¿y la recuperación, para cuándo? Han pasado cuatro años desde que estalló la crisis financiera y, a la luz de los indicadores, la economía mundial sigue enferma. La situación de España tampoco presenta visos de mejora y las previsiones del Gobierno se debilitan a ojos de los expertos, que suscriben previsiones muy pesimistas. No sólo desconfían de que la economía crezca este año el 1,3%, tal y como sostiene la vicepresidenta Elena Salgado, alegando que no es momento de revisiones, sino que hasta consideran un milagro que la economía española simplemente crezca

El Banco de España ya advirtió de que el PIB entre abril y junio andaba en la cuerda floja, en un moderado 0,7% en tasa interanual. El temor ahora es que el leve crecimiento se transforme en una recaída. El escenario político tampoco favorece: la convocatoria de elecciones en noviembre conlleva una disolución de las Cortes en septiembre sin un proyecto nuevo de presupuestos sobre la mesa, con lo que las reformas verdaderas podrían quedar en la nevera, acentuándose así el estancamiento.

El diagnóstico sobre la situación actual de la economía española pasa por refrescar la memoria que archiva los datos. El consumo, en primer lugar. Al margen del derrumbe del gasto privado, que en buena parte explica los cuatro millones largos de desempleados, contabilizados, los indicadores adelantados tampoco dan respiro. El consumo de electricidad bajó un 0,2% en junio, el mismo mes en el que cayó el consumo de cemento, hasta en un 20%. Por si fuera poco, el comercio al por menor descendió un 6,9%.

Un mes de malas noticias
Junio no fue un mes de buenas noticias. La disponibilidad de bienes de equipo también cayó, el 11,2%. Además, si se pone sobre la mesa el debate sobre la competitividad, el dato de las exportaciones durante el primer semestre no resulta más esperanzador: la subida de precios registrada en nuestro país durante esos meses ha obligado al Gobierno a desvelar otro descenso frente a la zona euro del 0,8%.

Por si fuera poco, queda el mercado inmobiliario. El dato de esta semana resume el punto en el que estamos: el precio medio de la vivienda libre acumula un descenso del 22,3% desde 2007, según la sociedad de tasación, Tinsa.

En tercer lugar, está el problema del crédito. La Encuesta de Préstamos Bancarios que publica el Banco de España alerta ya de que la demanda de financiación de los hogares para la adquisición de vivienda continuará descendiendo en el tercer trimestre del año. A la par, según la entidad, los criterios de concesión de los préstamos se mantendrán «estables». Es decir, sin cambios. Por si fuera poco, la institución que gobierna Fernández Ordoñez lanza su particular advertencia a las empresas: la concesión de préstamos se endurecerá «algo» para la financiación a largo plazo.

No sorprende así que seis de cada diez directivos no confíen en la recuperación. La consultora Grant Thornton subraya que el 60% de los empresarios prevé más estancamiento, con lo que plantean sus estrategias de empresa en base a un horizonte negro.

El cuarto pilar, clave, de esta tarima lo constituyen los mercados. Al margen de las presiones sobre España para que realice reformas, ahora también se trata de la contrapartida al empuje que nos dio el Banco Central Europeo, que arrancó la semana comprando deuda pública por un importe de hasta 1.500 millones de euros, según fuentes financieras. No obstante, la prima de riesgo española se contiene a duras penas. Por otro lado, las bolsas mundiales, pendientes de Wall Street, entre temores a una segunda recesión, se han resentido, con pérdidas desorbitadas, incomprensibles para los expertos.

Bajón del PIB en Europa
El quinto y último punto, el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sus cálculos sobre la evolución de la economía se resumen en la palabra «frenazo». Bruselas dio por hecho el aviso cuando anunció a los socios europeos de que el PIB del segundo trimestre se reducirá a un 1,5%, frente al 2,5% del primer trimestre, pero a la espera de que Eurostat publique esta semana los datos oficiales sobre el producto interior bruto europeo, la OCDE lanzó el martes un jarro de agua fría.

Según su lectura de los indicadores adelantados avanzados, el curso de la economía apunta a la desaceleración. Y según la OCDE, y a diferencia de lo que se hubiera pensado hace cuatro años cuando estalló la crisis, será Europa y no Estados Unidos la que peor camine. Lo que significa que seguirá lloviendo también en España. La pregunta sigue: ¿Y la recuperación, para cuándo?


Alemania no da tregua
Tampoco Alemania concede una tregua a España. Los socios de la canciller germana Angela Merkel recomendaban a España esta semana que vendiese sus reservas de oro para resolver parte de los problemas financieros, y Salgado lo tildaba de «poco acertado», ya que, a su juicio, «no serviría para nada». En el fondo, en los compañeros de viaje de Merkel pesa un cierto enfado porque el BCE comprara deuda española en los mercados secundarios, así como la duda de que las medidas de ajuste españoles vayan a lograr el equilibrio de déficit necesario para cuadrar las cuentas.