Opereta europea

A Obama le ha entrado el pánico. Con sus elecciones a poco más de un año vista lo último que necesita es una nueva crisis financiera. A la reunión del Eurogrupo mandó a su secretario del Tesoro a implorar una ampliación del fondo de rescate europeo. Naturalmente, los europeos le enseñaron amablemente la puerta. Al fin y al cabo, quién necesita a Geithner cuando se tiene a Jean Claude Juncker manejando con tino y puño de hierro la crisis en Europa.
A Geithner quizá le preocupaba el confuso mensaje lanzado en torno a una posible quiebra Griega. Cuando el fin de semana pasado parecía que se había acabado el dinero para Grecia, bastaron dos días de tortazos bursátiles a bancos franceses y alemanes para que Grecia volviese al corazón del euro a final de semana. Con qué nuevo giro dramático nos deleitarán nuestros líderes la semana que viene esta por ver, pero lo que proponía el Señor Geithner no es una tontería.
Pérdida ya la oportunidad el año pasado de dejar caer a Grecia, ahora lo que se juega es cómo reestructurar su deuda de forma ordenada, sin provocar un colapso del sistema financiero europeo. Para ello es imprescindible dotar al fondo europeo de rescate de los resortes necesarios para recapitalizar de forma inmediata no sólo la banca griega, sino la banca europea en general. A grandes rasgos, así lo ha propuesto Tim Geithner, que no es un paseante cualquiera, sino uno de los arquitectos del TARP americano, y más específicamente lo ha propuesto FAES con la creación de un fondo de garantía de depósitos Europeo. Con más impaciencia se espera la decisiva contribución del Gobierno español a este debate. Resucitado ya el impuesto del patrimonio seguro que sacan tiempo para esto. Algo nos jugamos.