Barcelona

El PSC encumbra a Mas para dar aire a Zapatero

Después de años de buscar el acuerdo entre el PSC y CiU, el Gobierno central no pudo ayer por menos que mostrar su satisfacción por el pacto alcanzado un día antes entre ambas formaciones políticas que allanó el camino de la investidura de Artur Mas como president de la Generalitat

Artur Mas, nuevo presidente de Cataluña con los votos en contra de PP y ERC
Artur Mas, nuevo presidente de Cataluña con los votos en contra de PP y ERClarazon

«Es una buena noticia», aseguró el vicepresidente primero del Ejecutivo. Al término del Consejo de Ministros, Alfredo Pérez Rubalcaba consideró que este consenso facilitará las relaciones entre la federación nacionalista y el Gabinete de Zapatero. A partir de ahora el presidente del Ejecutivo verá más cerca la consecución de esa alianza que intentó sellar con Mas una noche de enero de 2006 en el Palacio de La Moncloa y que el tripartito de José Montilla se llevó por delante en noviembre de ese mismo año.

Y es que el PSC ha tenido que perder las elecciones autonómicas y Montilla anunciar su retirada de la escena política catalana para que su partido comience a edificar los cimientos de la sociovergencia, que podría salvar al PSOE en marzo de 2012 de pasar a la bancada de la oposición en la Cámara Baja. De ahí que Rubalcaba destacara ayer el «ejercicio de oposición responsable. Algo que, dado los tiempos que corren, es de agradecer extraordinariamente. Ya me gustaría que fuera así» en el Congreso de los Diputados, en clara referencia a la oposición que realizan los populares.

En este escenario, el Ejecutivo, por boca de su portavoz, tendió ayer la mano a Mas y le ofreció «la cooperación leal del Gobierno de España». Amén de desearle lo mejor y suerte en su nuevo cometido como president de la Generalitat. Manuel Chaves tendrá oportunidad de transmitirle este lunes estos deseos en persona durante su toma de posesión como president de la Generalitat, después de intentarlo en tres ocasiones desde 2003.

Mientras el PSOE deseó suerte y acierto a CiU, el PSC se esforzó en subrayar que no ha contraído ningún tipo de matrimonio con los nacionalistas. «No hay pacto de estabilidad parlamentaria, no hay pacto de legislatura, no hay pacto de gobernabilidad», afirmó el presidente del grupo socialista en el Parlament, Joaquim Nadal. Sin embargo, es de prever que, a lo largo de la Legislatura, se visualice la colaboración entre CiU y PSC en varios ámbitos porque el acuerdo que ayer rubricaron ambas formaciones antes de votar la investidura recoge una orientación compartido en cinco asuntos: lucha contra la crisis, políticas sociales, representación institucional, concertación social, política e institucional y, finalmente, transparencia y calidad democrática.

Equidistancia

Son, en suma, enunciados muy genéricos que pretenden garantizar dos cosas: que la creación de empleo será la gran prioridad del mandato y que CiU no derribará la obra realizada por el tripartito. De ahí que todos los demás partidos coincidieran ayer en señalar que la sociovergencia está cobrando forma. No obstante, al PSC no le interesa ir del brazo de CiU durante toda la legislatura porque los socialistas catalanes aspiran a rehacerse y poder presentar una alternativa dentro de cuatro años. Los nacionalistas, por su parte, admiten que desean al PSC como «interlocutor preferente», pero tampoco esconden que quieren llegar a acuerdos con todas las formaciones en los próximos tiempos para asegurarse la equidistancia.

«Lo que pretendemos es que haya, no tanto una exclusividad de acuerdos en este Parlament, sino una multilateralidad. Que sean todos los grupos los que se sientan llamados a hacer esta obra colectiva», explicó Mas durante su intervención de ayer.

Sea como fuere, CiU no piensa renunciar a su proyecto estrella, el de la negociación de un nuevo sistema fiscal para Cataluña en la línea del modelo vasco. Los socialistas rechazan esta reforma porque creen es inconstitucional y lo único que va a hacer es generar frustración. En todo caso, no será hasta después de las generales de 2012, cuando Mas inicie los contactos en Madrid.