BM Atlético de Madrid

Twitter en campaña electoral: @gentedemadrid

Alfredo Menéndez analiza para LA RAZÓN la actualidad del día en Twitter. Hoy se pregunta, ¿quién sigue a quién?

La Razón
La RazónLa Razón

Por una cuestión de etiqueta nadie se pondría bermudas y deportivas para ir, cuando toque, a la boda de Pippa Middleton. Y en Twitter ocurre algo parecido. Podemos «tuitear» en calzoncillos desde el salón, pero existen normas de «ciberurbanidad» que se conocen como la «Twitiqueta» y hay que cumplirlas.
Aguirre no sigue a Gómez, pero Gómez sigue a Aguirre. Y no será porque no tenga el gatillo fácil @EsperanzAguirre que sigue a más de 2.400 tuiteros; pero no ha tenido tiempo de encontrar a @contigotomas. Desde aquí se lo proponemos. Gallardón no sigue a Lissavetzky, pero Lissavetzky sigue a Gallardón. Aunque hay que decir que Gallardón es el típico «tuitero» sibarita que sigue a poquita gente –apenas 75 – como si le cobraran una tasa cada vez que hace «follow». (Twit al pie: no desarrollar más este argumento por si acaso).
Resumiendo: Aguirre no sigue a Tomás, pero Tomás sigue a Aguirre, aunque con las encuestas en la mano le sigue muy de lejos. Esperanza y Alberto se siguen mutuamente: todo un consuelo para Mariano. Gallardón no sigue a Lissavetzky pero Jaime sigue a Alberto. Lissa sigue a Espe y a Tomás pero no a Gordo aunque sí a Pérez. Y Pérez no sigue a Aguirre. Claro, ¿verdad? Pues eso: síganse #yquecorraelaire.