Barajas

Desde la City: «Ese chándal me suena»

Desde la City: «Ese chándal me suena»
Desde la City: «Ese chándal me suena»larazon

El aeropuerto de Heathrow está más tranquilo después de la llegada masiva del martes: más de 3.000 deportistas, acompañados de entrenadores y de más personal, aterrizaron en la capital para, a partir del sábado, empezar a competir. Un día después, desde Barajas, viajan turistas y londinenses, parte del equipo de Madrid 2020 –porque los Juegos de Londres son un buen sitio para hacer «lobby» a favor de los Juegos en España–, algunos periodistas y el equipo de halterofilia de Colombia. «Tienen miedo», dice uno de sus entrenadores, porque de los ocho que competirán, casi todos son novatos. «Familia olímpica, por aquí», se lee en inglés y francés ya en Londres. Y, casi de la mano, te llevan para poner al día la acreditación. En el aeropuerto, los olímpicos procedentes de distintos puntos del mundo se cruzan. De repente: «Ese chándal me suena», se oye. Es el mismo tribal, las mismas formas, el mismo estilo, las mismas zapatillas… Pero diferentes colores. En lugar de rojo y amarillo, rojo y azul. Sí, es parte del equipo ucraniano, con su vestimenta de Bosco Sport, la misma marca que viste a la española.

La llegada es tranquila, amenizada por un señor que canta como si fuera un tuno, y pronto aparecen los dos Londres. El del carril olímpico, que se puso en marcha ayer mismo y que en un principio no parece muy respetado, aunque luego sí, y el de los atascos. Es tan gigante la ciudad que en algunas zonas no hay ni rastro de los Juegos Olímpicos, hasta que pasa un autobús que lo recuerda con un cartel. La población está dividida entre los que lo ven como un problema que se ha entrometido en su camino y los que lo consideran una forma de hacer que el este de la ciudad «exista». De momento, el este, Stratford, donde está el centro principal de los Juegos, está medio vallado. Primer control del ejército al autobús, pequeño, una miradita por allá y poco más. El segundo, antes de entrar a la zona de prensa, más intenso. Un soldado sonríe al ver la acreditación. «Español», dice. Ya se sabe que España está de moda. «Esto no es calor para vosotros», añade. Porque, de momento, en Londres, ni rastro de la lluvia.