Madrid 2020

Pecado venial por José Arroyo

La Razón
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Los Juegos Olímpicos tienen un gran inconveniente: allá donde vayas debes exhibir la acreditación. Ya seas prensa, deportista, técnico, ministro, barrendero... Hay que mostrar la acreditación con los permisos necesarios para poder entrar en las diferentes áreas e instalaciones. Y si no tienes los pictogramas o permisos correspondientes te quedas en la calle tan ricamente.

Sin ir más lejos eso le pudo pasar ayer al ministro Wert en su visita al centro de prensa. A pesar de tener una acreditación no disponía del permiso para entrar en la instalación y a punto estuvo de quedarse en la calle, si no hubiera sido por la rápida y ágil intervención de un miembro de la delegación española, que en un abrir y cerrar de ojos apareció con el salvoconducto en la mano. El ministro tuvo así vía libre.

Normal, pensarán ustedes. Por supuesto, digo yo. Pero lo que yo no sabía y ustedes probablemente tampoco, es que esos permisos hay que gestionarlos hasta con dos días de antelación. Entonces, ¿de dónde salió el permiso para el ministro si no se había tramitado anteriormente?

Digamos que llegó de manera poco ortodoxa, pero tremendamente efectiva. Un descuido de alguno y una rápida acción de otro permitió que, por arte de birlibirloque, el problema quedará solucionado en un momento. Pecado venial.