Desde la celda

Una raya de cocaína sobre el negro capó de un coche en una calle parisina puede tener consecuencias desastrosas (dos noches de prisión preventiva en una comisaría), pero también, desde otra perspectiva, puede marcar un antes y un después en la vida de cualquier persona. Mucho más si es uno de los escritores franceses del momento, un autor para quien la experiencia carcelaria resultó de lo más prodigioso, pues las 48 horas que pasó encerrado entre rejas le abrieron las puertas de la memoria y le iluminaron una infancia oscurecida por la amnesia. Esto es lo que cuenta Fredéric Beigbeder en «Una novela francesa»: una autobiografía reconstruida en la incomodidad de una celda, una suerte de cuaderno de bitácora que le sirve para entenderse a sí mismo y su manera de relacionarse con el mundo, desde su vida de hijo de padres separados hasta la relación conflictiva, pero afectuosa, que mantiene con su hermano Charles, a quien, mientras él está en la comisaría, el presidente francés le entrega la Legión de Honor.
Sincera, profundamente honesta, si no es la mejor, «Una novela francesa» es la obra más madura de Frédéric Beigbeder. Un libro que puede leerse como una autobiografía o, también, como la reconstrucción, casi ficticia, de su propia vida.

«Una novela francesa»
F. Beigbeder
Anagrama
224 páginas. 18,50 euros.