París
Francia se emplea a fondo contra Gadafi
Cazas galos destruyen un avión de combate del régimen libio
En el sexto día de ataques contra las fuerzas de Gadafi, la determinación e implicación de Francia en la ofensiva militar en Libia siguen intactas. La aviación gala, primera en iniciar los vuelos de reconocimiento y los primeros bombardeos contra objetivos estratégicos del régimen, se distinguió ayer por ser también la primera en destruir un avión de combate de las tropas gubernamentales tras violar la zona de exclusión aérea impuesta por la resolución de Naciones Unidas.
El aparato, una versión de 1972 del antiguo G-2 Galeb de fabricación yugoslava y utilizado para labores de entrenamiento fundamentalmente, fue destruido en tierra por un Rafale galo y no derribado en pleno vuelo, como se anunció en un primer momento. «La patrulla francesa efectuó un ataque aire-tierra después de que el avión de combate de la fuerza del coronel Gadafi aterrizara en la base militar aérea de Misrata», ciudad tomada por los rebeldes, en el oeste y a pie del Mediterráneo, según confirmó ayer el Ministerio de Defensa francés, que no dio más detalles sobre posibles víctimas.
El Galeb libio fue detectado infringiendo el espacio aéreo protegido por la coalición, gracias a los radares de los Awacs franceses.
Este episodio que muestra cómo París ha decidido imprimir un nuevo impulso a su acción militar con acometidas aéreas contra las estructuras y las capacidades ofensivas de Muamar Gadafi, se suma al ataque que horas antes, durante la noche, llevaron a cabo dos patrullas de Rafale y una de Mirage 2000-D haciendo blanco contra «una base aérea aislada del interior», a unos 250 kilómetros al sur de la costa. Para la incursión se usaron misiles tipo Scalp (Sistema de crucero convencional autónomo de largo alcance), según detalló un portavoz militar francés que no quiso precisar la envergadura de los daños causados ni si se trataba de una instalación de entrenamiento en la zona montañosa de Zeltan.
París, en la vanguardia de esta ofensiva, ya no se limita al sobrevuelo del bastión rebelde de Bengasi ni a hacer respetar la zona de exclusión aérea, sino que su objetivo es ahora la eliminación de «medios militares», como confirmó ayer el ministro de Exteriores, Alain Juppé. «Continuaremos con los ataques aéreos mientras sea necesario», recalcó, satisfecho de los éxitos cosechados hasta ahora, aunque descarta que la operación se prolongue durante meses.
Sin embargo, el carácter sensiblemente más virulento de estas operaciones no significa que se haya entrado, según fuentes de Defensa francesas, en una nueva fase. «Estamos todavía en el marco de la resolución 1973», indicó un portavoz.
Sudán cede su espacio aéreo a la coalición
Sudán autorizó ayer el uso de su espacio aéreo a los países que hacen cumplir la zona de exclusión aérea sobre Libia, según indicaron a Reuters fuentes diplomáticas. Naciones Unidas ha proporcionado una lista de en torno a una decena de países que están implicados en las operaciones emprendidas en Libia autorizadas. En este listado, tan sólo figuran Emiratos Arabes Unidos y Qatar en representación del mundo árabe, pero también otros países cooperan en la sombra con la coalición para lograr el éxito de la misión.
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