Sevilla
Alain Delon a punto de llegar a Sevilla por Jesús Mariñas
Anda pendiente de su futuro político «porque todos me dicen ya señor ministro, pero Rajoy aún no me ha contado nada», aseguró Gallardón durante la entrega barcelona de los Premios Protagonistas de Luis del Olmo, dondecoincidió con Alicia Sánchez-Camacho. Pendiente de resolver su futuro, al aún alcalde de Madrid le ilusiona encarnar a su tío abuelo, el compositor Isaac Albéniz, oriundo de Camprodón. Un «cameo» que realizará para la película de José Luis Garci, en la que también saldrán otros conocidos, incluso periodistas, reviviendo escenas en los comedores del restaurante Lhardy, marco de historias que se escapan de lo gastronómico.
Algunos incluso susurran que Emilia Pardo Bazán olvidó allí el liguero tras encontrarse con su amante Galdós, y que «La Chata» –menos simpática de lo que cuentan, según recoge Antonio Olano en su biografía picassiana «El señor de las palomas»– también estuvo en los sofás Chesterton del histórico local. Milagros lo mantiene con mano firme, como Cayetana a un Alfonso que intenta encajar en Sevilla. Festejó allí su primer cumple bético coincidiendo con la primera salida que la Duquesa hizo tras su caída doméstica, si es que se puede llamar así al enorme palacete, que cuenta con más de 80 habitaciones.
En la ciudad soleada ahora aguardan el aterrizaje del casi olvidado Alain Delon, quien reemplaza a Schwarzenegger en la nueva edición del Salón Internacional del Caballo, que arranca mañana en Sevilla. Arnold era la primera opción como símbolo de masculinidad forzuda y Delon es casi su contrapunto porque, aunque encandiló en «El gatopardo», no tiene los aires de «Conan» que posee el ex gobernador de California. Sus tarifas se han ido por las nubes y a los organizadores les pidió 50.000 euros por acudir al evento, una burrada de lo más equina.
Pusieron el grito en el cielo, barajaron otras opciones, pero no era el caso de repetir gangas como la de Bo Dereck, ya casi habitual y sin morbo. También homenajean a Sara Baras tras su reciente maternidad, y, con apenas horas de diferencia, estará en Sevilla y presentando el anuncio navideño de Freixenet en Madrid. La capital andaluza parece no mostrar decaímiento ante la crisis, aunque el Salón del Toro, casi en su décima edición, no tendrá efecto porque «la gente está poco receptiva a este mundo y los anunciantes lo saben», me contó en su día un muy entristecido Felipe Maestre, el director del palacio del congresos bético que albergaba este encuentro.
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