Consejo de Ministros

El Gobierno cuestiona que haya ánimo de ofender

Que la «procesión atea» se lleve a cabo o no depende de que la Delegación del Gobierno valore parámetros como si su celebración pudiera ofender a un colectivo o si hubiera riesgos. Aunque la representante del Gobierno en Madrid aún no ha tomado una decisión al respecto, el pasado jueves ya calificó la «procesión atea» de «acto lúdico».

La Razón
La RazónLa Razón

En esta misma línea, ayer, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, declaró que «las manifestaciones no tienen por qué ser agresivas, no tienen por qué ofender a nadie y, obviamente, en la autorización en su caso tendremos en cuenta esas circunstancias». Asimismo, el ministro subrayó que «el derecho de manifestación es un derecho fundamental y sólo en casos muy excepcionales puede prohibirse una manifestación».

Jáuegui también precisó que «en cualquier caso tratará de evitar cualquier tipo de enfrentamiento o conflicto con otras manifestaciones religiosas que pudieran producirse en la proximidad». Tras hacer estas declaraciones, el ministro de la Presidencia inauguró una jornada sobre «Creencias diversas, ciudadanos iguales. Gestión pública de la diversidad religiosa» organizada por el Foro Tender Puentes, de Cristianos Socialistas.

En su intervención, el ministro planteó que la «gestión democrática» y pública de la diversidad religiosa es fundamental en España y que se equivocan quienes argumentan que el hecho religioso es un asunto «estrictamente de conciencia y cada vez más privado» y parte de la intimidad.Tras detallar el crecimiento de las distintas religiones en España, el ministro subrayó que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero –a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia– y la FEMP está trabajando en un acuerdo para «estructurar la manera en que las autoridades locales deben gestionar el hecho religioso».

«Hay un montón de problemas, especialmente con la comunidad musulmana, a la hora de gestionar las licencias, de reglar los centros de culto o establecer muchos hechos públicos», apuntó. Para Jáuregui, la gestión correcta de la diversidad es aquella que permita «la multiplicación de las identidades» y su convivencia con una «laicidad incluyente, no agresiva y reconocedora del hecho religioso», según informó Efe.