Estados Unidos
Enrique Peña Nieto: «Reduciré los crímenes y delitos que más laceran a la sociedad»
El presidente electo de México se reúne hoy con Mariano Rajoy en La Moncloa dentro de su gira europea por las principales capitales antes de su toma de posesión el 1 de diciembre
Enrique Peña Nieto (Atlacomulco, 1966) se ve como integrante de una nueva generación de priistas que se dicen orgullosos de los logros del pasado, pero tampoco muestra reparos a declararse «consciente de los errores y abusos» cometidos durante los setenta años que el Partido Revolucionario Institucional gobernó de forma ininterrumpida en México. Entró en política cuando apenas contaba 18 años, en 1984, y entre 2005 y 2011 fue gobernador del estado de México. La figura de su padre –un ingeniero eléctrico que trabajó en la administración pública y que posteriormente se hizo empresario– tuvo un gran impacto en su formación. Aunque nunca hizo carrera en política, dice que su progenitor le inculcó desde muy joven la trascendencia que tienen las decisiones políticas. En esta entrevista, realizada por mail antes de su visita a España, repasa los retos que le aguardan como presidente a partir del próximo 1 de diciembre, entre ellos la violencia desatada por los narcotraficantes, que se ha cobrado en los últimos seis años cerca de 60.000 muertos.
-¿Cuáles serán las tres primeras decisiones que adopte nada más asumir la Presidencia de la República el 1 de diciembre?
-Primera, comenzar a aplicar una estrategia, en el tema de seguridad, para reducir los índices de violencia en el país. Segundo, impulsar una agenda de cambio. Debemos sacar adelante las reformas necesarias para modernizar la economía y crear empleos. Tercera, gobernar con todos y para todos. Trabajar en conjunto y alcanzar resultados.
-¿Cómo será por parte de México la relación comercial y diplomática con España? ¿Qué le piensa transmitir al presidente Rajoy en la entrevista que mantendrán en la Moncloa?
-En primer lugar, reiterar y estrechar los lazos históricos que unen a nuestras naciones. Sin duda, la relación bilateral entre España y México es una de las más importantes, pues abarca todos los temas. La presencia de España en México es cotidiana y benéfica para todos.
-¿Qué papel tienen que desempeñar las empresas españolas en la modernización de la economía mexicana?
-Uno muy similar al que han tenido hasta ahora: participar en sectores clave para el funcionamiento y competitividad de nuestra economía. Me refiero a su presencia en el sector bancario, destacadamente; el turístico y el de la generación de infraestructura. Todos estos son sectores que se van a dinamizar en los años que vienen. Las empresas ya conocen los beneficios de invertir en México y estoy seguro de que refrendarán su confianza en nuestro país.
-Después de haber realizado un primer viaje como presidente electo a varios países de América Latina, ¿qué alianzas buscará el nuevo Gobierno mexicano en la región? ¿Va a replantear la relación comercial y las políticas anticrimen con sus vecinos del sur?
-Sin duda esa gira nos ayudó a refrendar los lazos de respeto y de amistad que existen entre nuestras naciones. Con América Latina, la prioridad es una mayor cooperación para proteger los derechos humanos de los emigrantes; un mayor compromiso en combatir al crimen organizado, con esfuerzos conjuntos y coordinados; fortalecer nuestro comercio y las inversiones para impulsar el desarrollo económico y social de nuestros pueblos; y finalmente, una mayor integración latinoamericana. En cada uno de estos temas, expuse la posición que tendrá la administración entrante, así como el ánimo de dialogar y trabajar conjuntamente con nuestros hermanos de América Latina. Los encuentros bilaterales también me permitieron expresar el interés de México de aprovechar y aprender de las experiencias exitosas que han tenido sus países en diversos rubros.
-¿El nuevo PRI sorprenderá a todos aquellos que lo acusan de ser un partido anclado en el pasado?
-Creo que el PRI ya ha sorprendido de manera positiva a la gente en ese sentido. Pertenezco a una nueva generación de políticos que ha crecido en democracia y que quiere seguir viviendo en democracia. Por eso, he manifestado que ejerceré una presidencia democrática, abierta al diálogo y decidida a sumar esfuerzos para que México se convierta en la potencia económica que está llamado a ser.
-¿Cuáles son las reformas prioritarias que necesita México?
-La reforma fiscal, la reforma energética y la reforma a la seguridad social. Las tres se complementan y deben articularse entre sí.
-¿Cree que la crisis europea y la desaceleración de la economía china van a afectar al crecimiento del PIB mexicano en 2013?
-Aún no está claro el impacto total de la desaceleración económica mundial en México. Sin embargo, creo que mi país, como otras economías emergentes que ahora se denominan MIST (México, Indonesia, Corea del Sur y Turquía), tiene un enorme potencial que debemos aprovechar. La coyuntura económica mundial puede significar mayores flujos de inversión hacia nuestro país y, por lo tanto, un mayor crecimiento económico que genere empleos.
En la medida en que seamos capaces de hacer realidad reformas necesarias, el crecimiento del PIB mexicano será mayor. En la actual circunstancia no podemos esperar que el crecimiento venga sólo de la demanda en el exterior, sino que tenemos que tomar medidas para fortalecer nuestro mercado interno.
-El 78% de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos, que es el principal socio de México. ¿Que aspectos pretende Peña Nieto replantear en su política con Washington?
-Desde inicios de esta década, la cuestión de la seguridad desplazó los incipientes esfuerzos por impulsar la prosperidad compartida de la región norteamericana. Los atentados del 11 de septiembre del 2001, las guerras en Irak y Afganistán, la sofisticación del crimen organizado internacional, así como un incremento de la violencia en territorio mexicano, aceleraron un cambio de prioridades hacia prácticamente una sola: la seguridad. Debemos enriquecer la agenda. Además de la seguridad, se debe tomar en serio la migración, la administración integral de fronteras, la competitividad, la facilitación del comercio y la infraestructura regional, así como el medio ambiente. Sin duda, podemos avanzar hacia una verdadera agenda para el desarrollo. Es cierto que cuando le va bien a Estados Unidos le va bien a México. Pero también creo que cuando le va bien a México le va bien a Estados Unidos.
-Hay muchas instituciones latinoamericanas que distorsionan la imagen de unidad en la región. ¿Es un mito la idea de una América Latina integrada o realmente se puede caminar hacia una mayor convergencia e integración?
-La considero real y viable. Tengo un firme compromiso político de estar más cerca de América Latina, impulsando mecanismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños o la Alianza del Pacífico, que hoy es uno de los instrumentos de integración más completos y audaces en el mundo. Muchos de los mecanismos ya están ahí, listos para ser aprovechados.
-¿El gabinete ministerial del presidente Enrique Peña Nieto incluirá secretarios que no procedan del PRI?
-Es muy posible. Aún no tengo definido quiénes se sumarán al gabinete. Lo que sí puedo decir, es que más allá de su filiación ideológica o político partidista, se integrarán mujeres y hombres de probada experiencia, honorabilidad y un gran compromiso con México.
-¿Qué plazo se da para reducir la cifra de víctimas relacionadas con el narco?
-Sería irresponsable que pusiera alguna fecha. Sin embargo, es un tema prioritario en el que debemos dar resultados cuanto antes. Para ello, adoptaré una Estrategia Nacional para Reducir la Violencia que tanto afecta a los mexicanos. Disminuiremos los delitos que más laceran a la sociedad: los homicidios, los secuestros y la extorsión.
-¿Mantendrá al Ejército en la calle para combatir a las bandas de narcotraficantes?
-En este momento, no puede haber un retiro abrupto de las Fuerzas Armadas. Regresarán gradualmente a los cuarteles cuando se reoriente la estrategia de seguridad, cuando el Estado mexicano cuente con la información de inteligencia y las fuerzas especializadas suficientes para tener un combate al crimen organizado más efectivo. En todo caso, no puede haber un «vacío de autoridad». Antes de un eventual retiro, que sería escalonado y por regiones, habría un trabajo para fortalecer las capacidades institucionales de la Policía federal y policías estatales.
–¿Está prevista la entrada de capital privado en Pemex para revitalizar la producción de petróleo en México? Históricamente, el PRI ha defendido como un gran logro la nacionalización de la petrolera mexicana. ¿Existen divisiones en el seno del partido sobre cómo abordar el futuro de esta compañía?
-Precisamente de eso se tratará la reforma energética. Hay que examinar los mecanismos de asociación pública y privada utilizados exitosamente en otros países, sin renunciar a la propiedad del Estado sobre los hidrocarburos. La rectoría del sector debe ser también responsabilidad del Estado. Lo que se busca es permitir y atraer capital privado –nacional y extranjero– en materia de exploración y producción, para que se comparta y asuma el riesgo inherente a estas inversiones. En materia de refinación, también hay que permitir la inversión privada. El Estado no debe agotar su capacidad de invertir con proyectos que fácilmente puedan ser financiados por el sector privado. Por el contrario, esos recursos deben invertirse en rubros sociales, como universidades y hospitales. Por supuesto, hay diversas posturas sobre este tema. Lo importante es poder aprovechar el potencial energético del país. Debemos explicar y convencer de los beneficios de una reforma energética y conseguir acuerdos políticos que permitan avanzar en la dirección adecuada.
EN PRIMERA PERSONA: El imparable ascenso de un gestor eficaz
Peña Nieto estudió Derecho en la Universidad Panamericana, del Opus Dei, y cursó un máster en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Fue secretario de administración del Estado de México entre 2000 y 2002 a la sombra del gobernador Arturo Montiel, y en 2003 se convirtió en diputado local. En 2005, con apenas 40 años, obtuvo el respaldo popular para alzarse como gobernador del Estado de México, el más poblado del país, con 15 millones de habitantes. En 2009 recibió el premio «Mejor operación del Año» tras reducir el déficit público del estado en un 18%. Desde 2008 su nombre ya se presentaba con la etiqueta de presidenciable. Finalmente, en 2011 renunció a la reelección como gobernador para inscribirse como candidato presidencial. El pasado 1 de julio acabó con doce años de gobierno del PAN, de derechas, tras vencer con el 38,2% a su máximo rival, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador (del PRD), que obtuvo el 31,6% de los votos.
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