Doce años sin Juegos

Después del éxito en 1992, llegó la decepción a medias de los Juegos de Atlanta, donde aquel equipo que lideraban Raúl y De la Peña se estrelló con una selección argentina que se parecía demasiado a la absoluta. Sydney 2000 marcó el final del mejor ciclo olímpico del fútbol español. España perdió el oro contra Camerún en los penaltis en uno de los días más desafortunados de Iván Amaya. Se marcó un gol en su portería en un partido que terminó empatado a dos. Después, en la tanda de penaltis, mandó el suyo al larguero. Era la generación de Xavi, Marchena y Casillas, que un año antes habían ganado el Mundial sub'20, aunque el portero no estuvo en Sydney porque ya había participado con la absoluta en la Eurocopa.

Xavi y Gabri marcaron los goles de España, que no aprovechó la ventaja de dos tantos con la que acabó la primera parte. Eto'o sumó un gol al de Amaya en propia portería y forzó la prórroga. Los cameruneses aprovecharon la posibilidad de jugar con tres futbolistas mayores de 23 años para contar con jugadores importantes como Mboma. La selección española era íntegramente sub'23, como exigen las nuevas normas del torneo olímpico. Después llegó el desierto. España no se clasificó para los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008. Un error que aplauden los clubes, que no tienen que ceder a sus futbolistas, pero que quiere solucionar el Comité Olímpico Español.

España no necesita ganar el campeonato para llegar a los Juegos de Londres. Se clasifican los tres primeros además, de Inglaterra, en la que ha delegado el resto de federaciones británicas. «El míster nos está concienciando para que sea lo primero que consigamos y luego aspiremos al campeonato. España lleva varios años sin disputar los Juegos y estar allí es bueno para todos. Es algo que, personalmente, siempre he querido disfrutar y me gustaría vivir», comenta Javi Martínez, el capitán del equipo. Para eso ha regresado a la sub'21.