Barcelona

Una contienda entre policías y soldados

Si no hay sorpresas, que no se descartan, Rubalcaba y Chacón se disputarán la candidatura socialista.

Rubalcaba y Chacón, sonrientes ayer durante el Comité Federal del PSOE
Rubalcaba y Chacón, sonrientes ayer durante el Comité Federal del PSOElarazon

Madrid- Los hay que desean un candidato de consenso. Los hay, también, que quieren a toda costa primarias, pues recelan de cualquier acuerdo que se intente forjar entre barones y dirección federal bajo una mesa camilla en la calle Ferraz. Las primarias en el PSOE las carga siempre el diablo –hay experiencias recientes y lejanas–, pero son el más sano ejercicio de democracia interna en una organización política. Y eso que la militancia socialista ha votado en contra siempre de lo que proponía la dirección federal: ocurrió en las primarias entre Almunia y Borrell, en las que libraron también Tomás Gómez y Trinidad Jiménez y más recientemente en las que se disputaron Jordi Hereu y Montserrat Tura en Barcelona.

Es pronto para especular esta vez con nombres. La decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de no repetir como candidato abre un periodo de incertidumbre, pero en el horizonte se atisban ya dos nombres fijos: Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Eso si, al final, no hay sorpresas de última hora, que no se descartan. Todo dependerá de las condiciones en que queden algunos barones después de las elecciones del 22-M. Ojo, que la liebre puede saltar desde cualquier territorio. El PSOE es como es y puede dar la campanada.

Especulaciones aparte, sólo Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón parecen situados en la línea de salida. ¿O no? Depende del agua que la ministra de Defensa crea que tiene en la piscina socialista, pero en los últimos meses ha sondeado el nivel y su entorno sostiene que puede zambullirse de cabeza sin riesgo a lesionarse. Si finalmente diera el paso, la batalla sería, en frase de Juan Carlos Rodríguez Ibarra ayer ante el Comité Federal, una campaña entre «soldados y policías», en alusión a los ministerios que dirige cada uno. Es precisamente lo que los partidarios de Rubalcaba utilizaron como elemento de presión para que se acelerara un acuerdo entre barones y ahorrar a los militantes una campaña entre dos ministros del Gobierno. No surtió efecto.

Es verdad que en estos momentos el nombre de Rubalcaba concita la mayoría de los apoyos socialistas ante la eventualidad de unas primarias, convencidos de que sólo una figura de su peso político podría contrarrestar en las urnas el avance de los populares. Pero la ministra de Defensa, Carme Chacón, no desaparece de las quinielas y su entorno deja ver que su carrera política tiene recorrido en Madrid, y no en Cataluña, su ámbito natural como dirigente del PSC. Ella misma abrió la espita de las especulaciones en aquél célebre desayuno en el que vino a decir que estaba disponible y que la elección debía ser por primarias. Sea cual sea la decisión que tomen uno y otro, ambos son conscientes de que si hay alguien que mantendrá la neutralidad en el proceso ése será Zapatero, que en no pocas ocasiones ha reivindicado la paternidad de la consolidación de las primarias en el PSOE.

Verán, es cierto que Zapatero hace ya varios meses habló con una serie de dirigentes socialistas sobre su relevo, y en todas las conversaciones dejó caer que la opción más sólida, y que mayor tranquilidad podría aportar al partido en tiempos de convulsión electoral, sería Rubalcaba. El propio Felipe González le trasladó el convencimiento de que el entonces sólo ministro del Interior estaría dispuesto. Pero le advirtió que el PSOE debía pedírselo. Más claro: que nunca iría a unas primarias. Entretanto, hubo gente que advirtió a Zapatero que la operación estaba bien siempre y cuando no hubiera alguien dispuesto a competir a unas primarias. Fue entonces cuando salió el nombre de Chacón, al que en principio el presidente no dio mucho crédito. Luego comprobó por él mismo que era cierto. Y a patir de aquí la historia es conocida: Rubalcaba amenazó con no someterse a unas primarias, pero luego vio que o aceptaba la preuba de la militancia o el poder caería en manos de la catalana. Y en ésas están. Porque primarias, habrá primarias, ya que Zapatero no cree en los señalamientos ni en los «dedazos». Para que no las haya, Rubalcaba tendrá que desplegar toda su capacidad de persuasión o hacer a Chacón una oferta integradora que no pueda rechazar. Eso se cuenta.


Encuesta de NC Report para LA RAZÓN
2.- ¿Qué candidato considera mejor para el PSOE?
25% Rubalcaba
El vicepresidente del Gobierno es el mejor para suceder a Zapatero. Le sigue Bono, con un 21,2 por ciento y Chacón con un 7,3 por ciento.