Reino Unido
Gordon Brown aún se agarra a la «injusticia» electoral
Los sondeos daban un 35 por ciento de los votos a los conservadores, entre un 29 y un 30 por ciento a los laboristas, y entre un 24 y un 26 por ciento a los liberal- demócratas.
LONDRES- Los británicos se enfrentan hoy a las urnas sin saber quién será el próximo primer ministro. Los últimos días dejaron pistas, pero ayer las encuestas mostraron un panorama que abría, de nuevo, un abanico con diferentes escenarios. Todas daban a los conservadores el mayor respaldo de votos, con un 35 ó 37% de apoyo. Los laboristas ocupaban en gran parte de sondeos el segundo puesto llevándose entre el 29 y el 30% del respaldo. Pero llamó poderosamente la atención el hecho de que YouGov, una de las firmas más reputadas, les situara a anoche al mismo nivel que los liberal demócratas, con un empate del 28%. Aunque la «cleggmanía» parecía que había dejado el tramo final de la carrera a los dos gran partidos, los analistas advirtieron de que los de Nick Clegg podrían cosechar los mejores resultados para cualquier tercera fuerza política desde los años veinte. Y la irrupción podría perjudicar gravemente a las dos formaciones que desde el final de la Segunda Guerra Mundial se han ido intercambiando el poder.Claro que hay que tener en cuenta las peculiaridades del sistema electoral británico que, al ser tan poco representativo, no identifica al que tiene más votos con el que cuenta con más escaños. Es decir, hoy no se descarta que los laboristas renueven mandato. Hasta el último momento reinará la incertidumbre, pero sea cual sea el desenlace será histórico. Si gana David Cameron se convertirá en el «premier» más joven desde el siglo XIX. Si lo hacen los de Gordon Brown, celebrarían por primera vez en su historia un cuarto mandato consecutivo.Lo más probable es que el «tory» consiga más escaños, pero no la mayoría absoluta. Y esto no le abre directamente las puertas de Downing Street. En Reino Unido no hay nada escrito, empezando por la Constitución y en el caso de un «Hung parliament» («Parlamento colgado») se lleva a cabo una práctica denominada «Convención». Ésta dicta que el primer ministro es el que cuenta con prioridad para formar Gobierno, incluso si la oposición le saca unos cuantos diputados. Brown podría entonces buscar apoyo en los liberales de Clegg en un margen de tiempo que, para más inri para los «tories», se ha ampliado este año. En 2005, el discurso de la Reina tuvo lugar doce días después de los comicios, pero ahora son diecinueve. Y si antes se dio tan sólo seis días para que los diputados reeligieran al llamado «Mr. Speaker», ahora cuentan con casi dos semanas.El encargado de cambiar los plazos es Sir Augustine Thomas O´Donnell, el mandamás de todos los funcionarios y el responsable de poner en contacto a la Reina con el resto de los mortales. La versión oficial es que los cambios se han hecho para que Isabel II no tenga que tomar parte en caso de ningún partido obtenga los 326 escaños necesarios para gobernar sin problemas. Pero los conservadores, que aseguran que nadie les consultó para modificar la agenda, han puesto en duda que la relación entre «Sir Gus» y Brown no haya tenido nada que ver.
El precedente de SaldmondEl círculo más próximo del etoniano llegó ayer a filtrar a la Prensa que Cameron podría saltarse la Convención y declararse como ganador si consigue más escaños que el laborismo, aunque sea por poco margen. El partido podría estar estudiando la actuación de Alex Saldmond. El líder de los nacionalistas escoceses se hizo con un asiento más que los laboristas en las elecciones de 2007 y gritó su victoria a los cuatro vientos por Edimburgo subido a un helicóptero sin dar margen de maniobra a sus adversarios.Sería una sorpresa que Cameron llegara a ese extremo. Lo que no se descarta es que convoque otras elecciones para lograr un Gobierno estable. El agotamiento de 13 años del laborismo hace muy difícil que no le saliera bien el plan. Claro que todo podría cambiar si al frente del partido estuviera un joven David Miliband en vez de un moribundo Brown. Si el «premier» no consigue unos resultados aceptables, presentará su dimisión y todo indica que el ambicioso ministro de Exteriores ocupará su puesto.
1974: cuando el ganador acabó perdiendoLa última vez que Reino Unido vivió un «Hung Parliament» (sin mayorías absolutas) fue en febrero de 1974. El conservador Edward Heath había ganado por sorpresa cuatro años antes y decidió convocar elecciones anticipadas para que el electorado le diera «un mandato firme». Aunque ganó en voto popular, sólo consiguió 297 escaños, frente a los 301 del laborista Harold Wilson. Aun así, el «tory» se aferró al poder durante cuatro días intentando buscar pactos con los liberal demócratas, que sólo habían conseguido 14 diputados. Finalmente dimitió y Wilson se trasladó a Downing Street. El laborista (en la imagen) convocó elecciones ocho meses más tarde y logró mayoría absoluta, convirtiéndose así por cuarta vez en primer ministro.