Crisis política en Italia
Fini no dimite y crea su propio grupo tras la ruptura con Berlusconi
Un día después de su expulsión del PDL,Fini crea a un partido que se lleva a 33 diputados de la formación de Berlusconi.
Hace un año y cuatro meses Silvio Berlusconi tenía esposa, un aliado político firme y un nuevo partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), que gozaba además de una cómoda mayoría en el Parlamento. Hoy al primer ministro italiano no le queda nada. Su mujer, Veronica Lario, se hartó de sus correrías con jovenzuelas y le pidió el divorcio. A su antiguo amigo, Gianfranco Fini, no le gustaron las leyes más polémicas del Gobierno y su entrega al radicalismo de la Liga Norte, así que comenzó a criticarle por ello. Primero en reuniones privadas y luego, como no le hizo caso, en los medios de comunicación. «Il Cavaliere», que sólo admite lisonjas de los suyos, se tomó los reproches de Fini como un desafío a su autoridad. En venganza mandó a sus «mamporreros» mediáticos que montaran una campaña en su contra, lo que hizo aún más lejana una posible reconciliación.
La mejor escenificación del desencuentro entre ambos tuvo lugar el pasado mes de abril cuando, ante los representantes de su partido, mostraron a las claras que no se pueden ni ver. No es de extrañar que, después de expulsar el pasado jueves a Fini y a los suyos del PDL, Berlusconi dijese que «se había quitado un peso de encima, como con Veronica Lario». La salida del PDL del presidente de la Cámara de los Diputados y de sus allegados es la conclusión inevitable de una pelea que ha durado un año y que deja al Ejecutivo italiano en la cuerda floja y al partido de Gobierno diezmado. El PDL pierde a su cofundador, a 33 de sus diputados y a 10 de sus senadores. Con este recorte ya no puede presentarte como la gran formación del centro derecha y los impulsores del bipolarismo, una vieja ambición de Berlusconi que hoy se desvanece.
Con voz tranquila y estilo comedido, más propio de un político del norte de Europa que de un italiano, Fini echó ayer las últimas flores sobre la tumba de su alianza con «Il Cavaliere», que ha durado 16 años. «En dos horas, sin la posibilidad de expresar mis razones, he sido de hecho expulsado del partido que he contribuido a fundar», empezó el antiguo líder de Alianza Nacional su alocución. Luego acusó a Berlusconi de tener una idea de la democracia «no propiamente liberal» y aseguró que, pese a las presiones, no dimitirá de su cargo de presidente de la Cámara baja. «Como todos saben, mi papel es el de garantizar el respeto a las reglas y la imparcialidad en las actividades de la cámara», no garantizar las posiciones de la mayoría «que lo ha elegido».
Fini concluyó anunciando el nombre de su nuevo grupo parlamentario y partido, Futuro y Libertad para Italia, y criticando lo que para Berlusconi es una virtud. Dijo que el «premier» gobierna siguiendo una «lógica empresarial», sirviéndose del Consejo deMinistros como si fuese el Consejo de Administración de una de sus corporaciones. Esta forma de concebir la política y el ejercicio del poder «no tienen nada que ver con nuestras instituciones», destacó Gianfranco Fini.
La salida del PDL de Fini y de su grupo deja al Gobierno en minoría. Para sacar adelante sus políticas en el Parlamento, «Il Cavaliere» necesita ahora el apoyo de los «finianos» de los que se ha deshecho. Éstos aseguran que respetarán el programa del Partido de la Libertad, pero que no dudarán en enfrentarse con el Ejecutivo cuando trate de sacar adelante normas «injustas o contrarias» al interés general.
Con esta advertencia, las leyes «ad personam» impulsadas por Berlusconi quedan descartadas. Aunque asegura que no convocará elecciones, parece que el primer ministro italiano va a sufrir para sobrevivir a lo que le queda de Legislatura.
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