
Cataluña
El cine oriental copa la programación del Festival de Sitges

SITGES- Premio «Máquima del tiempo» a Tony Ching Siu-Tung, director prestigioso y con fama que arranca con «Historia china de fantasmas», película que ha envejecido muy mal. Además del premio, se proyectó a concurso su última película, «The sorcerer and the white snake». En su presentación dijo que la película tenía 1.900 metros de los que 1.500 eran de efectos especiales. Tenía razón: los 400 «normales» no interesan. La película es un espectáculo con cierta brillantez, puro derroche. Deberían darle un premio especial por usar el ordenador.
En sesión especial pudo verse «Gantz», película japonesa de Shinsoke Sato, con tanto éxito por ahí que se anuncia segunda parte. Es una película de fantasía pura, con muertos que misteriosamente vuelven a la vida.
Este tema de la muerte también lo ha traído a Sitges Eduardo Chapero-Jackson con su película «Verbo». A este autor le han debido seducir una serie de imágenes extraídas de video-clips, además de alguna lectura mal asimilada con inclusiones freudianas. Lo que ha creado es un engendro. El resultado final es insufrible, pedante, feo y monótono, por no hablar de la música con aire de sinfónica. Por mucho que se empeñe, el señor Chapero-Jackson no tiene ni idea de cine y de guión mucho menos.
Otra tomadura de pelo, en este caso con «hara-kiri», es la que firma Takeshi Miike en «Muerte de un samurai». La película es muy floja y no tiene nada que ver con otros brillantes productos de este realizador como «13 asesinos». Abrumadora programación la que está dando Sitges.
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