Producto 10 a la parrilla

Cenar en esta terraza borra de cualquier mente las horas de sofocante calor sufridas durante el día. El termómetro baja algún grado y el espectacular espacio verde refresca el cuerpo y la mente. Situado en la carretera de Fuencarral a El Pardo, es decir, a sólo diez minutos de la Plaza de Castilla, Filandón es un mesón del siglo XXI diseñado por la arquitecta e interiorista Isabel López, rodeado de vegetación y decorado con bodegones de verduras y hortalizas, así como con grandes macetas de hierbas aromáticas. Se trata del último proyecto de Evaristo García y sus hijos, dueños de Pescaderías Coruñesas, toda una referencia de los productos del mar en la capital, por eso abastece de la mejor materia prima a numerosos restaurantes de toda España, además de a los dos de su propiedad: O'Pazo y El Pescador. Justo en la entrada, una cocina vista acristalada da la bienvenida a los comensales, quienes no dejan de echar un ojo a la parrilla de grandes dimensiones.

Durante nuestra visita, estaba ocupada por varios lenguados de tal aspecto que ya en la mesa no pudimos dejar de degustar. Y no nos equivocamos con nuestra elección. La carta es simple. Anuncia platos tradicionales sin extravagancias, muy en la línea de sus hermanos mayores. Comienza por los entrantes para compartir, que se pueden pedir en medias raciones, como los ricos calamares de anzuelo a la andaluza, las patitas de pulpo de roca y las excelentes gambas rojas, ambas a la parrilla e incluidas entre las sugerencias del chef. También merecen la pena los huevos rotos con jamón ibérico y las croquetas de carabinero, tanto como bocados de la huerta, entre ellos, la ensalada de tomate con espárragos trigueros a la brasa y la deliciosa menestra de verduras. Entre los pescados, el lenguado es tan sobresaliente que supera el nivel de los bocaditos de merluza a la romana, también buenos. Tanto como el rodaballo y las cocochas de merluza. Entre las carnes, destacan la chuleta de vaca vieja hecha al carbón y la hamburguesa de buey. Una tarta de queso suave y fina puso final a un festín que pronto habrá que repetir.