Artistas

Un granado en mi jardín por Bigas Luna

Era excepcional e inteligente, que no es cosa baladí, sino algo importantísimo en nuestros días. Escasean tanto ambas cualidades que hay que poner en valor a la gente que las tiene. Y Jorge era uno de ellos, un señor con una ironía grande, tanto que era capaz de reírse de sí mismo.

La Razón
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Es más, de todas aquellas personas que he conocido es a la que más unido me he sentido, quizá conectamos bien desde el principio, hace veinte años. Nos conocimos por una anécdota: se publicó un comentario sobre su padre en Prensa que no me gustó nada y yo repliqué con un artículo en el que defendía al gran Luis, al que tanto admiro. Era un creador, un hombre lleno de vida y profundamente divertido, con la sonrisa en los labios. Es brillante. Y lo demuestra una de las dos frases de cabecera de mi libro particular de la historia del cine. Una está sacada de una película de De Sica en la que al protagonista, recién enviudado, le ponían delante un plato de pasta para que el trago fuera más llevadero: «Come, come, que te irá bien». La otra, tan grande o más, es de Jorge. La pronunciaban en «Todos a la cárcel» cuando los presos gritaban a los políticos: «¡Menos libertad y más paella, coño!». Antológica. Cuando alguien que quiero se de verdad muere tengo una costumbre: planto un árbol en mi jardín como homenaje. Tengo dos plameras, que son mis padres, un azofaifo, que me recuerda a Azcona, y un algarrobo en el que he reencarnado a Luis. Estoy pensando para Jorge en una granado, aunque aún quizá sea pronto. Tenía ese punto delicado del árbol y al tiempo elegante, como él.