Pekín
Pekín recrudece su campaña antijaponesa
Grandes manifestaciones en el aniversario de la invasión de China
PEKÍN- Ayer se cumplieron 81 años del «Incidente de Mukden», un presunto atentado utilizado como pretexto por Japón para invadir el noreste de China y empezar una cruel guerra de ocupación. La efeméride de un acontecimiento más lejano que la Guerra Civil española se conmemora en el gigante asiático cada año y ayer se utilizó para avivar la llama del patriotismo antijaponés. Pekín parece decidido a llevar al terreno del nacionalismo radical la disputa por la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku, peñones deshabitados que, en teoría, albergan un pequeño yacimiento de petróleo y gas. Las manifestaciones ante la Embajada japonesa en Pekín y los consulados repartidos por otras ciudades volvieron a repetirse. El «ritual» se escenificó de manera muy parecida a los últimos días: grupos de «patriotas» se acercaron organizadamente al edificio, lanzaron huevos y objetos contra la fachada, agitaron fotografías de Mao, y pronunciaron insultos contra Japón y loas a su patria y su Partido. La Policía cerró el tráfico, vigiló la escena y recriminó con tono paternalista a quienes se pasaban de la raya.
Fiebre patriótica
Decenas de fábricas, comercios y restaurantes japoneses seguían cerrados ayer y la Policía vigilaba las calles evitando que se repitiesen los actos vandálicos. Mientras, en el «Diario del Pueblo», voz oficial del Partido Comunista, se podían contar siete artículos llamando al ardor patriotero. Un editorial exhortaba a «no olvidar la humillación nacional y mantener la lección en mente (…) los chinos que amen su país deben alegrarse de la prosperidad lograda y mostrar sus sentimientos patrióticos». En otros medios se enumeraban los productos japoneses que los consumidores deberían boicotear. Incluso la página inicial de Baidu (equivalente chino a Google) ofrecía una imagen de las islas con una enorme bandera roja. Los nombres de las islas, sus perfiles coloreados y las banderas de China se convirtieron en ubicuas y su presencia machacona recuerda a las viejas campañas maoístas de movilización popular.
La oleada antijaponesa, aventada desde el poder, deja además a los moderados en una difícil posición. En las redes sociales muchas estrellas chinas eran criticadas con dureza por no mostrar su indignación contra Japón. Algunos exaltados reivindicaban la figura de Mao por su valor para plantar cara a los extranjeros. «Él no habría dudado en entrar en guerra para defender a nuestro país».
Visto para sentencia el «número dos» de Bo Xilai
Ayer se celebró el juicio contra Wang Lijun, ex jefe de Policía de Chongqing y antiguo «número dos» del dirigente caído en desgracia Bo Xilai. El fiscal del caso dijo que, aunque Wang es «responsable» de varios delitos, incluido el de traición, debería recibir un «castigo mitigado» por haber cooperado con la Justicia. En teoría, Wang fue
quien destapó los esfuerzos de su jefe, Bo, por encubrir el asesinato
del británico Neil Heywood el pasado noviembre.
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