David Lucas

Pasó de ser el delfín de Tomás Gómez, a ser el último de la fila en la consideración de posible candidato a la alcaldía de Madrid. Y ante tanta miseria política, ante tantas amistades peligrosas y falsas monedas, David Lucas no ha querido ser una chinita en el engranaje de Zapatero, que ha optado por Jaime Lissawetzky para intentar arrebatar la alcaldía madrileña a Alberto Ruiz-Gallardón, y ha decidido retirarse de ese sueño de ser el candidato, sustentado en un buen trabajo en la oposición, en una tarea digna y entusiasta que hubiera merecido mayor reconocimiento y confianza por parte de la ejecutiva federal del PSOE, pero sobre todo de su secretario regional.
No lo dice en público, pero llega a admitirlo en privado: David Lucas se siente traicionado políticamente por Tomás Gómez, con quien formaba tándem en el socialismo madrileño.
Ambos habían coincidido en que eran parte de una misma opción electoral: Gómez, a la Comunidad; Lucas, al Ayuntamiento. Pero Gómez parecía dispuesto a firmar un pacto con la federal de su partido, a través del cual si se le hubiera garantizado su candidatura al gobierno regional, él hubiera admitido que desde Ferraz se eligiera al candidato al Ayuntamiento de Madrid, pasando de su compromiso ético y político con Lucas. Ésta no es una apreciación personal, sino algo que corroboran personas próximas a ambos.
Por esto, David Lucas se siente traicionado por Tomás Gómez, y el último encuentro entre ellos fue tenso y duro en expresiones y conclusiones. Puede que Lissawetzky ofrezca a Lucas un puesto en su candidatura o en el gobierno municipal, si es que gana las elecciones, o le haga una oferta la propia Trinidad Jiménez si gana las primarias, pero de momento, el portavoz socialista en la Casa de la Villa está fuera de los intereses creados, y a pesar de ello, mantendrá el tipo, la constancia y el trabajo bien hecho hasta que en junio del año que viene llegue otra nueva Corporación. Él mantiene la paciencia y la fe en el trabajo diario, que le faltan a su partido.