Barcelona
Millet justifica por «prestigio» que el Palau pagara las bodas de sus hijas
Los dos enlaces de lujo costaron más de 200.000 euros n El ex presidente de la institución y su mano derecha, Jordi Montull se niegan a declarar ante el juez sobre el expolio de 35 millones.
Fèlix Millet, saqueador confeso de las cuentas del Palau de la Música y ex presidente de esta entidad, se negó a declarar ayer ante el juez y se limito a asegurar que las bodas de sus hijas «tenían que pagarlas el Palau, porque daban promoción y realce a la institución».
Las bodas de las hijas de Millet, Clara y Laila, costaron unos 200.000 euros, que salieron de las cuentas del Palau de la Música. Por si fuera poco, el principal imputado en el caso convenció a sus consuegros para que sufragaran parte de la primera ceremonia. Aportaron 40.000 euros, que fueron a parar a los bolsillos de Millet. La familia del novio tuvo que reducir la lista de invitados para aligerar los gastos.
Los pagos a CDC
Millet tenía que declarar por cuarta vez en el juzgado, en este caso ante el juez Juli Solaz. El magistrado quería conocer más detalles sobre los presuntos pagos irregulares a CDC vinculados a obras adjudicadas a Ferrovial. También tenía que responder por la auditoría definitiva, que confirma los 35 millones de euros del desfalco. Hasta ahora, Millet y el otro principal imputado, JordiMontull, se han limitado a admitir que expoliaron 3,3 millones, y fue en su confesión inicial. Nunca más han reconocido una cifra superior.
Tras la declaración de la ex directora financiera del Palau, Gemma Montull, quien sí que habló ante el juez, llegó el turno de la mano derecha de Jordi Montull. El ex director administrativo no quiso declarar y entregó un texto al juez.
Finalmente, Millet entró al despacho del juez y se negó a declarar sobre las cuestiones anteriormente citadas, aunque quiso comentar a Solaz el citado «matiz» sobre las bodas de sus hijas. Millet salió de la sala con su abogada, deambuló por la Ciudad Judicial y se limitó a poner mala cara ante los periodistas, sin decir nada.
Según fuentes judiciales, Millet aseguró al juez que «el pago de los convites estaba justificado, porque daba publicidad a la institución» y «permitía dar a conocer los salones» del emblemático edificio, en ese momento recién remodelados. Esta versión fue confirmada por los abogados de la defensa de Millet.
Por su parte, Gemma Montull ratificó sus anteriores versiones y reiteró que se limitaba a «apuntar las indicaciones de sus superiores», Millet y su padre Jordi Montull. Además, eludió cualquier responsabilidad sobre las operaciones del Palau porque «sólo era una trabajadora».
La declaración como imputada de la ex secretaria de Millet, Elisabeth Barberà, que estaba prevista para ayer, se pospuso hasta el 17 de enero, después de que su defensa pidiera más tiempo para estudiar el caso.
El próximo viernes, Millet y Jordi Montull volverán a declarar, en esta ocasión por el caso del hotel de lujo del Palau y ante la juez Miriam de Rosa Palacio, la magistrada que les envió a la cárcel en junio, donde estuvieron sólo trece días.
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