Caso Nisman

Kirchner reaparece

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BUENOS AIRES- Tras 20 días de baja y de superar un cáncer que nunca fue, la presidenta Cristina Fernández volvió al ruedo político. Al contrario de lo que se especulaba la mandataria no abandonó el luto, sino que apareció ataviada de negro en una ceremonia celebrada en el Salón Mujeres Argentinas, donde hace más de un año se velaban los restos de su marido el ex presidente Néstor Kirchner. «Quiero agradecer a todos los que rezaron por mi salud y a esos jóvenes que me hicieron el aguante en el hospital. A veces el cuerpo te hace parar y mirar las cosas, con mayor distancia», reconoció Fernández, visiblemente recuperada de la operación, aunque con una gran cicatriz en su cuello. «Pensé en venir con un pañuelo, pero si me lo pongo, mañana ‘Clarín' –principal diario del país–, dirá: ‘Esta no se operó'. Y ustedes saben que la estética me puede pero antes, la política».

La presidenta estuvo de baja desde el 4 de enero, cuando fue intervenida quirúrgicamente de la glándula tiroides tras un primer diagnóstico que informaba la presencia de células cancerígenas. Se montó el círculo peronista, el altar en la puerta del hospital y los paralelismos con Evita, que murió de cáncer. Sin embargo, tras la extracción de la glándula, se determinó que el diagnóstico fue un falso positivo. «Parece que alguno se desilusionó», dijo en referencia a la controversia. «Nunca pensé que pudieran escribirse tantas mentiras», añadió. Esos días, las riendas estuvieron a cargo del vicepresidente, Amado Boudou. La oposición lo tacha de mero títere de la dinastía K. De hecho, algunos medios aseguran que fue Máximo Kirchner, hijo de la presidenta y que suena como sucesor al «trono», quien tomó las decisiones importantes.