Sevilla

Álvaro Muñoz Escassi: «No sé ni quién va ganando la Liga»

Álvaro Muñoz Escassi: «No sé ni quién va ganando la Liga»
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–Todos los galanes montan a caballo, usted no podía ser menos, ¿no?
–Hombre, creo que no todos... Habrá de todo.

–¿Pero se ve como galán de una película algún día?
–Me encantaría, porque actuar me gusta mucho. Y si es de galán y quedo bien, pues mejor.

–Lo que está claro es que su vida como deportista profesional se le ha quedado pequeña, ¿no?
–No, pero es un deporte complicado y en su momento he conseguido muchas cosas y ahora he cogido otro camino. Pero pequeño no, porque es tan completo que siempre es grande.

–¿Alguna vez en sus gloriosos días de jinete se imaginaba en el mundo del espectáculo?
–No, para nada. Siempre tenía dentro que me gustaba lo de actuar, pero no me planteaba ninguna de las cosas que me han pasado. Han ido surgiendo y las he ido viviendo.

–Ahora, aunque no ha abandonado del todo los caballos, ha cambiado los saltos por el polo. Se ve que le gusta el riesgo.
–Sí, la verdad es que es justo lo que me atrae del polo.

–¿Practica algún otro deporte?
–Hombre soy una persona bastante deportista y me apunto a casi todo.

–Sorpréndame, dígame que no le gusta el fútbol.
–No me gusta. Un equipo bueno lo veo, pero no sé ni quién va ganando la Liga ni nada

–¿Y no tiene ni equipo?
–Pues soy del Sevilla, por eso de que soy sevillano... Prefiero que gane el Sevilla a otro, pero no soy nada futbolero.

–Guapo, deportista, superviviente, no le gusta el fútbol... Creo que están todas las chicas disgustadas pensando qué tiene su novia para que la haya elegido a ella entre todas.
–La verdad es que para mí lo tiene todo, me encanta todo. Es una cuestión de afinidad, no de belleza ni de inteligencia, sino de muchas cosas que te hacen estar a gusto.

–Antes de su novia, ¿usted conquistaba por deporte?
–No... Hombre, a todo el mundo le gusta gustar y no hay ninguna maldad en el hecho de conquistar y querer gustar a alguien. Es agradable saber que le puedes gustar a alguien, pero no como deporte... Es una cuestión sana.

–El deportista nace, ¿el conquistador se hace?
–El deportista hay que hacerlo, es mucho más complicado que lo otro. El deporte es muy complejo y la alta competición más. Lo otro es una cosa que surge, te puede ir mejor, te puede ir peor, depende del momento de tu vida.

–Lo cierto es que conquista a las mujeres y a los hombres les cae muy bien, por eso del mundo del deporte ha pasado al mundo de la televisión ¿qué proyectos le aguardan?
–La verdad es que sí. Ahora estoy muy ilusionado con un proyecto que en principio voy a presentar y no puedo comentar nada, pero estoy muy ilusionado.

–Casi todos los deportistas tienen tatuajes, ¿tiene usted alguno también?
–Tengo uno.

–Un pulpo ¿no?
–Un pulpo, sí.

–Pero con cinco brazos, ¿no?
–¡Cualquiera diría que lo has visto! ¿Quién te lo ha contado? Porque verlo no lo has visto, ¡me acordaría!

–¿Qué virtudes de los deportistas le gustaría que tuvieran los políticos?
–Un deportista bueno es muy trabajador. La verdad es que sobre todo en el tema de la hípica le dedica 24 horas siete días a la semana, y esa dedicación y esas ganas me parecen muy sanas. Y yo creo que les vendría bien a los políticos. Les iría muy bien dejar de tratar de convencer a la gente y hacer cosas. Los deportistas no hablan, trabajan.

–¿Deberían los deportistas reproducir alguna virtud de los políticos?
–Sí, deberíamos hablar un poquito más y trabajar menos.

–Dígame, si tuviera que elegir entre jugar al golf con Esperanza Aguirre o al baloncesto con Carme Chacón, ¿qué elegiría?
–Si está lloviendo jugaría al baloncesto y si hace bueno, al golf. Soy bastante malo a los dos.

–O sea que no le importaría dejarse ganar.
–Nada en absoluto.


En primera persona
«Nací en Sevilla en 1973, estoy soltero y tengo un hijo que es de lo que más orgulloso me siento. No me arrepiento de nada, valoro que las personas sean buenas y sinceras y detesto la mentira, por eso yo trato de ser muy sincero y muy amigo de mis amigos. Perdono, olvido y a una isla desierta me llevaría comida y no elegiría cuál, porque me gusta comer de todo, dependiendo de la época. No tengo manías reconocibles ni sueños que se me repitan porque no sueño, duermo profundamente y con la conciencia bien tranquila. De mayor me gustaría ser lo que soy y si volviera a nacer sería lo mismo... O al menos lo intentaría».