Elecciones generales
Demasiado malvado
Pérez Rubalcaba ha ido malgastando una a una todas las oportunidades de que ha dispuesto para intentar mejorar su situación en las encuestas. La última, el debate a dos del lunes, fue desperdiciada por su empeño en ser más «malvado» de lo que debe aparentar un candidato a presidente del Gobierno. Por eso ahora tiene que ir ya a la desesperada con la única carta que le queda, que es la de ETA. Al término del cara a cara tuvo la tentación de usar a ETA como activo, pero la respuesta de Rajoy le dejó petrificado. Dijo el gallego con gran sentido que por supuesto habían apoyado y apoyaban al Gobierno en su estrategia contra la banda, y que cuando él acceda al poder esperará lo mismo de Rubalcaba (o de quien esté entonces).
El candidato el PSOE lleva dándole vueltas al asunto desde que empezó la confrontación electoral y no sabe cómo meterle el diente sin que se note demasiado que su interés está en que los comunicados de la banda le beneficien en las urnas. Por eso el otro día Guerra y González soltaron la liebre de que el PP ha maniobrado para que la última declaración de los terroristas se aplazara hasta después de las elecciones. Especie que se lanza con la intención de intoxicar, aunque lo normal hubiese sido que, en efecto, la organización armada no irrumpiera con un vídeo en plena campaña. De haberlo hecho antes o después no quedaría duda de sus intenciones con relación al abandono de los asesinatos. Como lo hizo de aquella otra manera, cabe pensar que se puede tratar de una maniobra electoral. A la que no sería para nada ajeno el Gobierno y su muñidor Rubalcaba, por supuesto.
Es un poco penoso que un hombre como Alfredo se tenga que aferrar a tal asunto para enderezar su errática estrategia electoral. Ahora aspira a que la organización le vuelva a dar oxígeno con otra declaración aludiendo «al daño causado». Previamente Patxi López hará un reconocimiento, pactado como todo lo anterior, de que también hubo victimas entre los etarras.
Huele todo tanto a contubernio que casi atufa.
Pero está claro que la capacidad de lloriqueo de Pepunto no se va atrofiar por el hecho de haber perdido ante los españoles el debate del lunes. Afortunadamente Rajoy no está cometiendo errores en este asunto.
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