Seguimos de exclusivas por Enrique Miguel RODRÍGUEZ

El pasado martes les exponía una aproximación a las exclusivas. Hoy toca visualizar el tema sobre la última, tanto que todavía se está cocinando. Me refiero a la presentación del hijo de Kiko Rivera y Jessica. Como todo lo que ocurre en el entorno de Isabel Pantoja, se convierte en un escándalo. La semana pasada salió la boda de Julio José y Charisse y, salvo comentar el mejor o el peor gusto de algún vestido, o el porqué de algunas ausencias, no hubo más guerra . En el caso que nos ocupa, las escaramuzas ya venían de tiempo atrás. Según algunos, había una lucha sobre la exclusiva; quién saldría en la misma, sólo los padres o en compañía de la abuela Isabel, o sería Pantoja la protagonista, como Norma Duval, para darle más valor al reportaje; si estarían los padres de Jessi, cómo se repartiría el botín... Y mil especulaciones más que todos, y no digamos las todas, dan como completamente seguras. Como en todo trato comercial, los protagonistas de la historia están en su derecho de pedir el oro y el moro, y además dos huevos; y «¡Hola!», que es la otra parte, aplicar aquello de contra el vicio de pedir desmesuradamente, la virtud de dar lo que vale la noticia en el mercado. No hace falta ser un experto para saber que, con Isabel, la portada y las 20 páginas se pueden mantener para todo el mercado de habla hispana. Con el bebé y los padres el tema da para el mercado nacional y poco más. Qué dentera escribir sobre el precio en la bolsa mediática de un recién nacido. Esto es espectáculo, por tanto, la función debe continuar. Vamos al apoteosis final. «¡Hola!» ha podido recibir presiones para que, en momentos tan delicados, no aparezca una portada con la artista, pagada a precio de oro. Incluso la cantaora puede dar por bueno el consejo de que habrá mejores momentos para grandes reportajes. La respuesta a tanta especulación, en los kioscos desde ayer, que la inoportuna huelga también influye en el tema.